jueves, 8 de diciembre de 2011

UNA BREVE HISTORIA

ELLA
 

Si te miro a los ojos dejo de creer en ti. Se nota que me estas mintiendo. No sé porque lo haces, no sé por qué dices que me amas, si los dos sabemos que esto se acabo hace tiempo atrás. Sigues insistiendo en que no quieres terminar así, sigues mirándome, desafiante, porque sabes que estás mintiendo. Te crees mejor, o más listo, pero no lo eres para nada. Desde hace meses que sospecho que te ves con Marta. Y no solo con ella, sino te has acostado con un par de secretarias. Eso las mujeres lo intuimos, y aunque suena a tópico, tú te las has follado. Ni tan siquiera te molestaste en llamar, con alguna excusa absurda, después del trabajo, te la llevaste al hotel, que está en frente del mercado, la subiste a la habitación 303 y allí te la follaste; primero a la más joven, por lo visto, a la más tonta, y luego a la veterana. Si, a la cuarentona, separada, que se ve con su marido a escondidas, como si fuera una adolescente, cuando éste le llama para darle polla. Luego la deja tirada, cuando realmente la necesita, pero sin saber bien porque, regresa a él una y otra vez; así no va rehacer su vida, ni va a tener amigas, y creo que ya ni rinde lo suficiente en el trabajo, pero que no la despiden, porque en su día llevo grandes firmas; y eso al jefe le asusta, que se vaya, y se lleve las grandes firmas. Estos clientes lo harían, porque fue buena negociando, porque le rindió en el pasado, y ahora no es capaz ni de levantar el teléfono para reclamar algo que le debe.

Te estarás preguntando como sé todo esto; pues muy fácil, porque los hombre, no voy a decir que todos, pero en general, sois demasiados simples; no sabéis callaros cuando practicáis sexo, y aunque a veces mentís en eso también, entre los amigos de verdad, os contáis la verdad, pavoneando que la rubia os la ha mamado de putisima madre; pero lo que tú no sabías, es que Pablo, si el moreno que trabaja en la gasolinera, porque le despidieron del despacho de abogados y no pudo encontrar algo mejor, aunque en los tiempo que corren, tuvo demasiada suerte y pudo colocarse en la gasolinera; pues sí, ese Pablo, conoce a Susana, mi amiga, la que compra todos los días en el Mercadona por ver al cajero, jovencito, que se han comido los morros en más de una ocasión en el cine; compra cualquier chorrada por verle; éste no sé si esta mucho por ella, pero se ve que en la cama es un fiera. Será por la juventud o no. Pues Pablo, muy amiga de Susana, porque uno de sus hijos, van al colegio junto, y en una de las múltiples reuniones con el profesorado, se conocieron, ambos separados, aunque no divorciados, porque nunca creyeron en el matrimonio; tuvieron un affaire, pero la cosa no cuajó por incompatibilidad de caracteres, pero como amigos se llevan de muerte. Pues tu amigo, le contó que tú te habías acostado con aquella secretaria, y una pelirroja, que casualmente, fíjate como son las casualidades, va a la misma peluquería que Raquel, si hombre, no te hagas el sorprendido, Raquel es la que limpia la casa a Charo. Pues van a la misma peluquería, y tú putilla, se pavoneaba que un cuarentón le follaba en los sitios más increíbles; no sé qué concepto tendrá de increíble, porque para mí eres de lo más soso en la cama; y no lo digo porque me siento herida, o sí, que coño, pero no has sido uno de mis mejores amantes. Claro, yo también he tenido mis rollos, pero cuando estaba soltera. Pues sí, se pavoneaba, pero claro, habrá tantos Pacos en el mundo, como García en España… Raquel la pobre como se iba a imaginar que eras tú, pero Susana sí; claro, lo tuvo más fácil, Pablo le contó que te estabas tirando aquellas putillas, sin saber que ella sí me conocía a mí, y menos aún que la pelirroja lo estaba largando. Ella, fíjate si es tonta, que se estaba enamorando de ti.

No sé qué coño le estarías contando, que milongas le dirías para que quisiera estar más tiempo contigo. ¿Le prometías que me ibas a dejar? Supongo que sí, como todos. Y por eso, mirándote a los ojos, te digo que no me mientas más, que las pruebas son evidentes, y es preferible dejar la relación ahora, que continuar con ella, así tendrás tiempo para follarte a esas putillas y a quien te dé la gana. Si sí, no me mires así, con esa cara de bobo, las llamo putillas porque me da la gana; supongo que ellas no tendrán la culpa de colarse por un baboso como tú; y más si no le decías la verdad, pero sinceramente no quiero saber lo que le decías, no quiero saber nada. Tíratelas, va, venga, vete a follar con ellas y así yo viviré en paz. Me costará lo mío, no lo voy a negar, porque sabes que te quiero, pero me jode que hayas hecho esto, y no te lo puedo perdonar. Va, corre, coge el coche y vete a buscar a la pelirroja, y fóllatela, así ella estará más espabilada cuando vaya a la peluquería; no se escandaliza por nada, aunque, repito, seguro que ha follado con pocos hombres, porque eres un cero a la izquierda en la cama. Muy pocas veces me diste placer, así que, ves tomando notas, o mejor aún vete a follar a más rubias, a secretarias, o a quien te salga de los cojones; pero vete de esta casa, que ya no es tuya. Si sí, no vas a pisar más este piso, no me vas a ver más, no me vas a tocar más; ala, tú te lo has buscado, así que, recoge tus cuatros calzoncillos, tus cuatro camisas y lárgate. A ver quién te va a dar cobijo ahora, quien te va a soportar cuando sepan la verdad; pues ale, mira, mucho mejor, lárgate con la pelirroja y dile que me has dejado, díselo si tienes huevos, y haz vida con ella. A ver si te soporta como te he soportado más; o mira, vete a casa de tu madre, a ver lo que duras allí, sin poder hacer tu vida, sin poder tomar tus cervezas; que te ponga a dieta con esa asquerosa alcachofa que cocina e intente decir lo que tienes que hacer en cada momento; que te lave los calzoncillos y restriegue los cuellos de las camisas. Porque yo, no lo voy hacer más. Así que adiós. Ahora vete y da un portazo.

ÉL

Si te miro a los ojos, sé lo que puedo sentir por ti. Te quiero, eres mi vida, no puedo perderte, ni quiero, eres mi niña, eres la mujer a quien quiero cuidar; pero te puedo advertir, que deberías de tener cuidado con quien hablas, por qué sé que haces caso a tus amigas; lo que no sé es porque las oyes cuando sales a tomar café con ellas, porque me consta que te ponen la cabeza como un bombo. Sé que te dicen que me voy a tomar birras con los colegas y tonteo con algunas chicas que van a ese bar, o que me llevo a la secretaria y allí me la follo con la mirada, mientras le toco el culo y le intento besar. Sé que te lo han dicho, por qué Andrés, el camarero, ha salido un par de veces con Beatriz, tu amiga que vive en el barrio del Pilar, que está un poco gorda; la he visto un par de veces por allí, y la muy estúpida me mira con una cara de burra, que no la soporta ni cristo. Pero según dice Andrés la come de maravilla y es algo guarrilla en la cama, y al camarero a eso le gusta; joder, a mi me flipa que me la comas de puta madre; el sexo entre nosotros dos va bien, no sé por qué piensas, mejor dicho, piensan tus queridas amigas, que me acuesto con todas las que puedo; sabes que contigo tengo más que suficiente… va, no pongas esa cara, si sabes que te quiero con locura, pero no soporto a casi ninguna de tus amigas; chismorrean y sé que me ponen a parir y tú las haces caso, y yo creo que tonta no eres. Si Beatriz me ha visto un par de veces, bueno, quizás más veces que solo un par, y solo me ha visto en el bar, no sé porque tiene que ir diciendo que tonteo con algunas secretarias… sí, he dicho secretaria, porque Andrés me contó, que a su vez le dijo Bea que te había dicho que yo tonteo, pero él está de mi parte; no quería decir eso, sino que él, sabe que no hago nada. ¿Pero crees que haría algo delante de todo el mundo? En tal caso me escondería… no, no me mires así, que no escondo nada… ¿qué pelirroja? Creo que estas desvariando y bastante. Yo no conozco a ninguna pelirroja, y ya sabes que yo voy a tomar birras solo con hombres, a ver un partido, tras un día puteado en la oficina, que ser director no es fácil… no disimulo, pero estoy alucinando con tu actitud. No sé qué coño quieres decir con eso, porque yo estoy a gusto en esta casa. Me siento bien, me gusta estar contigo, y bueno, puedo prometer que llegare más temprano a casa, pero la birra del viernes no me la quites. Y en la oficina, no podría tener sexo nunca, ya me gustaría, pero contigo, pero las chachas, bueno, las señoras de la limpieza, empiezan temprano, y no podría estar jodiendo con ninguna por qué me verían… es que flipo, joder, te pones en esa actitud tan feminista, que me dan ganas de vomitar. Así que adiós, y si, cierro con un portazo.


4 comentarios:

  1. alaaaaaaaaaa vaya dos puntos de vista tan diferentes de la misma historia jejeje.

    es que no sepude hacer siempre caso a lo que la gente nos dice.

    Felicidades tron, besotazos


    Juan Angel

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  2. Pues si me apetecía contarlo así. Gracias chulo, un abrazo

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