martes, 31 de julio de 2012

LA CAJA

Entrada Original, Miércoles, 4 de Mayo del 2011


Todo el mundo deberíamos de pasar una vez en la vida por “La Caja”. Por supuesto que es mi opinión, pero creo que nos vendría bien a todos. Te liberas de tus fantasmas, de tus sentimientos y después llega una rica calma. Los que han pasado, incluyo a los anónimos creo que compartirán conmigo esto. Sé que las cosas no se arreglan por arte de magia, pero uno se tiene que sentir liberado, soltar esa adrenalina, esos sentimientos que muchas veces no te deja avanzar, pero creo que se debería de continuar con sesiones si fuera necesario. Yo el viernes, 29 de abril del 2011, me liberé y mucho con la caja de Belen Esteban. Sé que mucho no os gusta, pero hay muchos que sí. No comparto todo lo que hace, dice o deja de hacer, pero sinceramente hay temas que si lleva la razón y si es necesario la defiendo. Y el viernes ella sufrió (bueno cuando lo grabara) y así se reflejo, tanto en directo como dentro de la caja.

Pero esa no es la cuestión, lo que me hace dedicar esta entrada al programa de Tele 5 es lo que conlleva el entrar, llámese Belen, Pepita, o Jorge (como dice Kiko Hernández en más de una ocasión desde el plato, que por cierto, sus declaraciones tampoco me dejaron indiferente). Lo importante es lo que se cuenta dentro, lo que uno va soltando a medida que las imágenes avanzan. Yo el viernes, tal como dije en Twitter, lo pase realmente mal viendo el programa. ¿Por qué lo vi? No sé si os preguntáis eso, pero yo os respondo: Primero porque quería verlo, segundo sabía que si lo veía iba a llorar, como muchos de vosotros, somos mortales. Un hombre también llora, será antigua esa frase, pero aún veo, leo, observo (cuanto tiempo que no os cuento que me gusta observar) el machismo, la estupidez de decir que un hombre no puede o no debe llorar en presencia de otros… absurdo decir que un hombre es menos hombre por llorar… si señores se sigue escuchando, al igual que se dice que la mujer debe de estar en la cocina y el hombre trabajando. Se sigue diciendo, lo creáis o no, yo lo sigo oyendo, quizás muchísimos menos que antes, por suerte, si se le puede llamar suerte a eso, pero aún hay gente muy chapada a la antigua… eso podría ser otra entrada.

Pues bien, lo vi porque me gusta el programa, somos cotillas, y no me avergüenzo de reconocer que me flipa el cotilleo, como al que más, y quería verlo y así lo hicimos (en plural porque lo vi junto a Lucia y a mi pequeñuelo). Pues eso, que me gusto mucho el programa, y solté todos mis sentimientos con lagrimas, todo el sufrimiento que uno lleva dentro, que sabiendo que está ahí, lo tapa o no quiere verlo. Sufrí con ella, sufrí porque mis padres ya no están conmigo, porque les echo de menos (dejo claro porque seguro que algún energúmeno/a me dirá que si solo le echo de menos cuando veo un programa de este estilo); no señores, les echo de menos todos los días, y aunque parezca mentira lo digo, porque conozco estúpidos que puede criticar esta actitud. Claro que me la pela, pero ya me dijeron en más de una vez que mis padres seguían vivos y que me inventaba eso para dar lastima. Si, aún hay muchos hijos de puta que llegan a decir eso para tener protagonismo, pero que triste es que tengan que decir o hacer daño para sentirse superiores por un instante. Triste y lo vuelvo a repetir, unos hijos de puta. Pues bien, les echo de menos a diario, pero uno no puede estar pensando todo el día en seres queridos, ¿sino no viviríamos tranquilos no? Pregunta que me respondo yo de nuevo. Es ley de vida, y el día de mañana me moriré, te morirás, y los que se quedan intentan pasar página o continuar la vida lo más feliz posible, porque quien no puede hacerlo tiene una depresión de caballo y acaba “loco”. Pero cuando ve imágenes, o ves sufrir a otras personas, pues lógico que los sentimientos afloren, que no significa que se tenga que llorar, no creo que las lagrimas, sean más o menos o no las haya, sean sinónimo que sufres más o menos… creo que el concepto está claro. Pues eso, que el viernes lo pasé realmente mal viendo la caja de Belen Esteban, viendo como lloraba por la monja que la cuidó y ayudo a su familia, lo de su padre, pues me derrumbé, mientras Lucia me acariciaba en silencio. Me vi a mi mismo viendo a mis padres, y otros familiares, amigos, los que ya no están conmigo. Vi a mi padre sentado en el sofá, en silencio, callado, no hablaba mucho, pero muy feliz. A su lado, a mi madre, sentado siempre dándole la mano. Los vi juntos, sé que lo están, y lloré, lo pasé mal, y me venían a la cabeza imágenes de cuando era pequeño e íbamos al parque; de cuando mi padre venía de trabajar con alguna chuche o se pasaba por el colegio por el patio. Vi a mi madre con la tarta de chocolate en la mesa, o un plato de macarrones que tanto me gustan; la vi en la cocina, la vi limpiando, ayudado por mi padre y luego por mí a medida que iba creciendo; la vi sufriendo por mí, la vi abrazando a mi padre, los vi corriendo detrás de mí, en el despacho del director, en la cama un domingo, esperándome en la puerta porque me había ido de fiesta y aún no había regresado (ya os conté cuando “desaparecí” con la mujer mayor), los vi tan guapos, tan cariñosos, eran tan buenos, y un largo etcétera de imágenes; pues eso, que esos sentimientos no están dormidos, porque son recuerdos, vivencias, que nunca olvidaré, pero no se puede estar pensando en eso todos los días. Pues todas esas imágenes se me pasaron por la cabeza cuando Belen lloraba por los suyos. Aún viéndola así, leí que estaba haciendo el papel de su vida; si parece increíble, pero es cierto, leí que eran lagrimas de cocodrilos. ¿Cómo se puede decir algo así? No te gustará, incluso la “odiaras”, pero decir algo así de alguien que verdaderamente estaba pasándolo mal, me parece de muy mala persona, para mi es lo mismo quienes me dijeron que mis padres continuaban vivos…

Pues bien, tras esa pequeña tempestad, llegó la calma, la paz… no sé cómo explicarlo para hacerme entender, pero tras llorar a lo largo de todo el programa (recuerdo una frase de Mercedes Milá en estos momentos, si lleváramos una cámara las 24 horas cuantas cosas nos podríamos avergonzar, por mal hablados… más o menos decía algo así) pues esto viene al caso porque si yo en ese momento me hubieran grabado, hubierais visto que estaba pasándolo mal en ese momento, pero tras reflexionar, de pensar que ellos están juntos (crea o no en la iglesia, creo que ya lo he dicho muchas veces, no creo), de pensar que fueron felices, que me querían con locura… llega una paz interior que te relaja. Y les recuerdas de otra manera. Tíos intento explicarme lo mejor que puedo, pero bueno, espero que me hayáis entendido.

Pues creo que mi caja por hoy se ha cerrado y sé que se abrirán en más de una ocasión, pero hoy me siento mucho mejor por haberme liberado.

Hasta la próxima, besotazos.

lunes, 30 de julio de 2012

RELATO VII (X)

Entrada original, viernes 29 de abril del 2011

VII
Las pausas entre nosotras cada vez eran más intensas, llena de emociones y de grandes sentimientos. Me alegré mucho de nuestro encuentro, aunque después lo lamenté durante bastante tiempo. Me dio una confianza en exceso, algo que me hizo explicar las cosas tal como era. Había comenzado por mi viaje a la Villa, para que pudiera comprender todo, lo anterior y lo posterior, que era algo desconocido hasta para mí. Había ido allí para huir de Miguel, aunque quizás no fuera necesario, ya que había encontrado el amor de nuevo con Marcos. Aunque lo necesitaba, realmente era así y por eso lo hice. Además me ayudo en progresar en mi carrera como artista. La propulsión necesaria me la facilitó Marcos. Eso a muchos artistas y sobre todo a sus jefes, le desagradaron bastante, ya que recibí bastantes críticas por aceptar trabajos que él me facilitaba, ya que decían que por mi misma no podría haberlo conseguido. Eso no era cierto, ya que con el paso del tiempo, demostré que era buena en mi campo. No lo decía yo, sino las revistas especializadas, hablando de mis obras, de mis exposiciones, y de mis dos grandes obras. Me había propuesto conseguir mi trabajo por mí misma, aunque no niego que su ayuda me viniera bien. En París fue donde conseguí mis mayores triunfos y volver allí, para desconectar y concentrarme en mi gran obra, fue la mejor elección de mi vida.

Nada más llegar, me instalé en un pequeño estudio, regalo de un familiar, en el mismo centro de la ciudad. Mi marcha a Marcos no le sentó demasiado bien, aunque comprendió que necesitaba estar aislada para concentrarme y sobre todo para que Miguel no me encontrara. Le conocí en el último curso de mi carrera de Bellas Artes. Era profesor de dos asignaturas. Era atractivo, pero realmente no era mi tipo. Tampoco necesitaba estar con nadie. En esa época estaba concentrada en mis estudios y bastantes trabajos tenía yo, para encima mantener una relación estable con un chico. También tenía a mis amigos y no necesitaba estar con ningún hombre. Mis relaciones con ellos, los hombres, eran normales, y realmente nunca me había enamorado. Había tenido mis aventuras, pero nada serio y la verdad que no me apetecía. Y menos con él, que tenía una fama bastante detestable. No sabía si era verdad o no, pero no quería arriesgarme.

Confieso que al principio me fijé en él, pero me di cuenta que no tendría nada serio con él, por eso, simplemente asistía a las clases como una alumna más, sin mirarle, sin inmutarme. Eso sí, él, en todas las clases no me quitaba ojo, mirándome las piernas cuando llevaba falda corta, fijándose en mi pelo ondulado, rubio, que llevaba por aquella época estudiantil. Me ponía nerviosa esa fijación, incluso cogí miedo. No iba sola a ninguna parte, por miedo de encontrármelo. Los rumores corrían en boca en boca, involucrándome directamente a mí. Decían que yo me había enamorado locamente de él, que mi amor era obsesivo, posesivo, que le seguía a todas partes, que le molestaba, que interrumpía en clases con preguntas estúpidas, que me hacía notar y millones de barbaridades. Lo que más me dolió fue que dijeran que me gustaba que me pegara. Por supuesto mis amigos me apoyaron, y lo sobrellevé lo mejor que pude. Por suerte no afectó para nada a mis estudios. A él no le importó lo que decían de nosotros, ya que la fama le venía de lejos, y le daba exactamente igual que dijeran eso de él. Además, yo sabía que él si se había fijado en mí; no era cierto que me siguiera, pero me daba miedo estar sola, en cualquier lugar siempre iba acompañada.

Con el tiempo, tras su insistencia, y comprobando personalmente que los rumores se iban disipando, los anteriores, y a los nuevos infundados por envidias, decidí darle una oportunidad. También salí con él para dar un escarmiento a mi padre. Me había obligado estudiar en aquella universidad, cual cosa me opuse, pero no me dio opción. Sabía que si salía con el profesor no le iba a gustar, le iba a molestar, y era como una especie de de venganza. Aunque reconozco que poco a poco fui conociéndole fuera de clase y me llegó a parecer más interesante de lo que yo me creía. Los estudios iban bien, y salir de vez en cuando no me iba a venir mal. Por eso, tras la última clase, acepté irme a tomar un café, por supuesto, fuera de la universidad para poder hablar tranquilos; era incluso necesario hacerlo.

La cita fue bien, demasiado bien y a partir de ahí empecé a tomarme en serio, que nuestra relación amorosa podría ir más allá de unos simples encuentros sexuales. Nos fuimos viendo poco a poco. Todo iba estupendamente hasta que una noche, me ato a la cama. Al principio me excitó, me dio morbo, pero a medida que iba actuando me asusté. Supliqué que parara, pero él violentamente me golpeo. Después me amenazó que si hablaba del tema o si le dejaba que me mataría; tras prácticamente violarme, al día siguiente, él mismo me curó las heridas, pidiéndome perdón, suplicándome que no le dejara, confesándome que se había enamorado de mí locamente, y que esa noche se había tomado algo de coca. Aturdida y aterrada, le creí, le perdoné como una idiota, para que aquello no sucediera más. Pague muy caro el haber continuado con él. Las semanas siguientes fueron bien, y parecía que volvía a ser él mismo, aquel que conocí en las citas: tan romántico, tan pacífico, tan amable, simpático, maravilloso, atento, aquel cual me enamoré lentamente y con seguridad. Mientras, Marcos, el otro profesor, se había fijado en mí; yo no lo supe hasta más tarde. Por aquel entonces, como yo estaba con Miguel, pues nunca se atrevió a decirme nada. Fue un error por parte suya, o quizás mía… no sé, quise creer tanto en Miguel que no me daba cuenta el daño que me estaba haciendo. Solo fue cuestión de tiempo que Miguel volviera a pegarme; y yo, con un miedo atroz, continuaba con él, inventándome historias sobre los golpes recibidos… hasta que no soporté más la situación, harta de llorar en la oscuridad, de mentir a mis amigos, de evitar a mi madre, ya que a mi padre le hubiera dado igual… harta de esconderme del mundo. Menos mal que Marcos se dio cuenta que algo pasaba entre nosotros dos, y aquella mañana, saliendo del lavabo, me había ido a maquillar los cardenales, me paro en medio del pasillo para que hablara claro de una vez del tema y denunciara a Miguel. Apoyados en una de las taquillas, me sentí incomoda y a la vez, aliviada por dos brazos fuertes, protectores. Confesé todo lo ocurrido, con una rapidez inexplicable, con lagrimas en los ojos, que no sé si se entero bien. Medio aturdido, prefirió que fuéramos hablar fuera de aquellas paredes; él se fue a buscar sus cosas y yo necesitaba las mías. Me salte el resto de las clases, pero necesitaba entrar a buscar mis llaves. El bolso estaba en una de las sillas y no había nadie en ese momento. Me daba miedo que entrará Miguel, que me hubiera visto hablar con él, no quería que se enfrentaran por mi culpa, no quería sentirme culpable. Tenía esa sensación. Nos fuimos a su casa, para estar más tranquilos, y así poder desahogarme sin que nadie me viera llorar y montar el espectáculo en medio de cualquier cafetería. Una vez acomodados en su casa, con una tila recién hecha, le expliqué todo lo ocurrido. Me escuchaba con atención, comprendiéndome cada palabra, mientras me limpiaba las lágrimas derramadas por el cabrón que me estaba haciendo daño. No quise denunciar, no valía la pena. Él no estaba de acuerdo conmigo, pero era mi decisión y lo prefería así; pero esto no acabo aquí. En los meses sucesivos, gracias a la ayuda de Marcos, comprendí que aquel hombre si podía hacerme feliz; me estaba enamorando de él. Al principio creía que era por la ayuda que me estaba ofreciendo, por su cariño y ternura hacía mí, pero el paso del tiempo me demostró todo lo contrario. Me enamoré y sigo enamorada de él, a pesar de haber mantenido una aventura con Marta. Sé que es difícil de entender, pero yo sé lo que siento. A los cuatro meses de estar saliendo, nos fuimos a vivir juntos, necesitando mi tiempo que me tome en la villa francesa.

Pero Miguel no se quedó con los brazos cruzados. Había ganado de cierta manera, ya que nunca puse la denuncia, y estuvo molestándome, siguiéndome, llamándome… y dejándome como una puta embustera; hubo gente que le creyó a él, otros que no. No le echaron de la universidad y eso provocó que Marcos se enfrentara a él en múltiples ocasiones, defendiéndome en todos momentos. Y sin saber porque, desapareció de mi vida. Yo me encontraba bastante mal y necesitaba desaparecer, por eso tome la decisión de irme una temporada fuera de la ciudad, siendo mi destino la villa. Pero el remedio, bastante eficaz en su momento, fue peor que la soledad que nunca temí, conocer a Marta y saber que Marcos también tenía sus secretos, como mantener dos relaciones a la vez, con la jodida anfitriona que supo como engañarme.

Todo eso se lo iba contando, con exactitud a Marta, apoyadas en aquel árbol que tanto me relajaba. Sentadas en el mantel de cuadros verdes, fumando y comiendo manzanas recién cogidas. Me había escuchado con atención, bastante asustada, y dándome ánimos para continuar el viaje que había comenzado en la villa. Después le toco a ella contarme su vida, y me toco a mí darle ánimos.

Tras haberme comentado, el descanso que se estaba tomando con Pablo, uno de tantos, comenzó a explicarme como conoció a Marcos. Fue en una subasta realizada en Nueva York, de una forma bastante peculiar. Ella estaba tonteando con Pablo, pero en uno de sus viajes a la gran manzana, para conseguir unos cuadros de un cliente, en época que trabajaba con ilusión, aunque no le hiciera falta, le conoció en dicha subasta. Él era el organizador de la subasta y ella nada más verle se fijó en él. Aunque su corazón estaba ocupado por otro hombre, a ella en ese preciso momento no le importo demasiado. Su relación tampoco era estable del todo, por eso, con decisión decidió conocerle. No tenía intención de mantener ninguna relación sexual con él, aunque sus deseos se dispararon al ver lo apuesto que era. Le miro fijamente a los ojos, cristalinos como un rio de aguas frías; le cautivó su sonrisa, comentando que era perfecta, obviando detalles que me hiciera saber que se trataba de mi novio. Yo nunca supe de ese viaje. Me contaba que fue como un flechazo. Continuó explicando que durante la subasta, él no le quitaba ojo a ella, y cuando toco pujar por los cuadros que fue a buscar, puso tal empeño que lo consiguió, a penas sin esfuerzos, pues fue veraz y bastante eficaz. Esto le impresionó a Marcos, que aún teniendo el corazón ocupado por mí, tal como me decía que estaba enamorado, no le importó demasiado, ya que la primera noche se acostó con ella. Después de la subasta, ella le invitó a cenar, en un buen restaurante, y después fornicaron, cosa que ambos lo deseaban. Supongo que ninguno de los dos se contó las relaciones que mantenían en ese momento, lo supongo ya que Marta ni tan siquiera me lo insinuó.

Sinceramente me sorprendió bastante el desparpajo de Marta, en invitar a un hombre sin conocerle, y más teniendo el corazón ocupado. Aunque bueno, si lo pienso bien, yo también he mantenido relaciones sexuales con gente que apenas conozco, así que no sé porque me sorprendió tanto y quizás en su situación hubiera hecho lo mismo. Prosiguió con la historia. Me contó que después de aquella noche, hubo llamadas, mensajes, citas y algunas noches de pasión, aunque no hablaban de ningún futuro en común. Aunque después, cuando la relación con Pablo empezó a funcionar de nuevo, tomó la decisión de dejar de verse, sintiéndose algo triste, aunque más tarde retomaron su gran aventura, cuando se encontraron de nuevo; ella sufriendo de nuevo por Pablo, él sin ataduras, cual cosa no era cierto. En ese momento la creía a pies juntillas, luego ni una puta sola palabra. Marta, paró un momento para tomar un sorbo del zumo, sin dejarme de acariciar la mano; tomo aire y continuo. Marcos y ella se convirtieron por un tiempo en amantes, sin ser capaz de dejar a Pablo, aunque sufriera, le amaba. En aquel instante sentí celos por la relación que habían mantenido, aunque después les hubiera matado a los dos al encontrarle juntos en la habitación, atando cabos por todo lo que me había contado aquella tarde; tras pillarles, gritarles, llorar, le pregunté a Marcos y éste me contó otra versión bien distinta.

IPHONE E ITUNES (2)

Entrada Original, Jueves 28 de abril del 2011

Esta entrada no creo que sea muy larga, pero quería aclarar algunas cosas. En primer lugar que el Itunes ya reconoce mi Iphone, por fin me lo solucionaron y esta todo en perfecta condiciones y ahora estoy más tranquilo y feliz jeje, sabiendo que no voy a tener más problemas. También quería deciros, que para nada estoy en contra de Apple, simplemente que en la tienda de Nueva York, la primera vez que fui, y que la tuve que liar, no me han atendido como yo esperaba. Les conté el problema que tenía, y que ya conté en la anterior entrada, y ellos se amparaban en los primeros 90 días, ni tan siquiera sabiendo que me queda un año y pico de garantía, ni mirarme ni mi equipo, ni tan siquiera mirando el Iphone en sus ordenadores MAC. Por eso la lie, pero no por tener en contra nada de ellos y sus productos.

En segundo lugar, Lucia fue de nuevo, con mi portátil y a ella, no sé si la misma persona, la atendieron correctamente. Al indicarle que era un PC, le indicaron que seguramente se trataba de alguna “pestaña” del Windows 7 que impedía que arrancara correctamente el Itunes, incluso al abrirlo, me bloqueaba el equipo, teniéndolo que reiniciar. Pues bien, dicho y hecho. Lo probaron en sus equipos y el Iphone va perfectamente. Pusieron un CD a mi portátil, y detectaron en tres minutos el problema. Quitaron dicha “pestaña” y mi Itunes ya reconocía mi Iphone. Problema resuelto en menos de diez minutos, con una sonrisa incluida. Yo estaba en un centro comercial esperándola, con nervios, ya que no podía quedarme quieto sin saber si por fin iban a solucionarme el tema o si tenía que esperar a mi regreso a España. Pues bien, cuando la vi con la sonrisa, y afirmando con la cabeza, pues me alegré un montón. Ya respiraba tranquilo.

Pero esto no acaba aquí. Esto fue el miércoles 20 de abril, que tomándome el resto del día libre, nos fuimos a casa con nuestro peque y a dar una vuelta. Al llegar al loft lo comprobé de nuevo y todo iba perfecto. Luego, creo que ya por la tarde-noche antes de cenar, actualizando dos aplicaciones el Iphone se me bloqueo (ya sé que no soy el único) y se me ocurrió actualizarlo a través del Itunes. Pues nada, no sé qué demonios hice, ahí si fue culpa mía, ya reconocí que de informática cero patatero, cosa que también quiero aclarar después… pues eso, no sé que hice que el Iphone no me iba, y tuve que restaurarlo entero, menos mal que tenía copia de seguridad y el Itunes ya me funcionaba, y no fue tan lioso como las otras veces. Así que tuve que medio empezar de nuevo, ordenar las aplicaciones, ya actualizadas, y ala, no sé porque la agenda no se me instaló y no tenía ningún número de teléfono. Por mi trabajo tengo miles de teléfonos, tanto profesionales, como personales, y nada no hubo manera de que se me instalara la agenda. Pero ya más calmado y sabiendo que el Itunes me funcionaba, tuvimos que volver a Apple, ya el jueves, y bueno, me estuvieron explicando los puntos más importantes de las actualizaciones, copias de seguridad, etcétera. Esta vez fui yo, me atendieron de mil maravillas, al igual que el 902 de ellos y todos tan contentos. Ya me explicaron el funcionamiento, y ahora si puedo decir que más o menos lo entiendo, y que todo está correctamente. Costó lo suyo, pero al final tengo el Iphone como yo quería, que el Itunes me lo reconoce, que Apple se comportó correctamente, excepto en la primera visita, y yo ya nos os daré la brasa en Twitter, ni en Facebook sobre este tema.

En resumen todo está perfectamente. Para que veáis que menuda historia he pasado con el Iphone desde que lo tengo. Pero lo que cuenta es que está todo solucionado.

El otro punto que quería aclarar, aunque creo que no hacía falta, pero como algunos me habéis preguntado y os ha sorprendido, como si fuera el único hombre de la tierra que no sabe de informática, es que aunque este bastante pez, y sea un cero a la izquierda, no quiere decir, que sobre programas, herramientas me maneje bien y sobre temas relacionados con la publicidad, hablando informáticamente, no sepa. Si señores sé y mucho, joder tan patoso no soy. Es mi mundo y es más, algunos de los que utilizo lo crearon expresamente para mi empresa, a petición mía. Y bueno, por eso decía que no hacía falta hablar sobre esto, pero quería dejarlo claro. Que no creo que todos sepamos de programación y a veces una cosa tan sencilla, para mí y el resto no es tan obvio. A ver quien sabía que Windows 7, dicha pestaña, que ni tan siquiera sé el nombre, me jodía el Itunes, creo que nadie lo hubiera acertado.

En fin, que tampoco le voy a dar más vueltas al asunto, que ya tengo solucionado el tema, pero como hable de ello, pues quería explicar el resto. Y que sobre la informática que sé lo que tengo que saber para desenvolverme en mi trabajo, que joder que para eso soy un as… y para eso están lo que estudiaron informática para ayudarnos. Que a la gente que me aconsejaron os vuelvo a dar las gracias. Y en esta vida estamos para aprender.

También quiero decir que el martes Jordi Sans, si otra vez él, me ayudo a dejar todo preparado para descargar música, actualizarlo, hubo solo un pequeño chillido jejeje... pues lo dicho esta todo solucionado.

Hoy jueves, sorpresa, una carta de Apple indicandome que me regalan un año más de garantía, por las molestias causadas. Se lo agradezco.

Hasta mi próxima entrada. Besotazos de mi marca registrada.

domingo, 29 de julio de 2012

RELATO VII (IX)

Entrada Original, Martes 26 de abril 2011

VI


Estoy desconcertado por las llamadas recibidas. Le estoy dando vueltas a la cabeza, porque tengo dudas, aunque sospecho, de saber quien me ha llamado, aunque no lo pueda afirmar. Lo que si estoy seguro es que me han llamado desde la gran mansión. En eso no tengo dudas. Supongo que habrá sido Marta para comprobar que realmente me fui a casa, y no me quede por los alrededores para volver a entrar y hablar con ella sobre nuestro pasado y lo sucedido en la fiesta y dejarla en evidencia. Ya es un poco tarde, debería de irme a la cama y descansar y dejar de pensar en la maldita fiesta, en las llamadas y en todo lo relacionado con el pasado y proseguir mi vida como si aquella noche no hubiera sucedido. Aunque ya es tarde para eso, pero quizás aún pueda olvidarlo; debería de hacerlo. La vida uno no la elige, y el mundo en cual me metí tampoco. Me lo impusieron por enamorarme de la persona equivocada. Pero eso es el pasado que hoy he revivido por haber asistido, aunque me prometí que si iba se iban aclarar muchas cosas, cual cosa no pude, ni hice en su momento, ni esta noche tampoco. Me acobardé, lo reconozco, y no debo de atormentarme más. Sé que fue un error, aunque me di cuenta demasiado tarde. Aunque quería comprobar si la anfitriona verdaderamente había cambiado, cual cosa me di cuenta nada más llegar que no; incluso era más snob que antes, más manipuladora… me duele la cabeza de pensar en ella.

Será mejor que me tome la última copa, la necesito y piense en otra cosa. Enciendo la televisión, sabiendo que no hay nada que ver. Me acomodó en el sofá, amplio, y que ahora esta tan vació; antaño hacíamos el amor en él, nos acurrucábamos juntos en noches de invierno, viendo nuestras películas preferidas… ahora están tan espacioso, lleno de amargura. Me preparo la copa y me quedo mirando la televisión algo pensativo. No puedo evitar pensar en lo ocurrido. La verdad es que no tengo sueño, no podría dormir. Prefiero estar en el salón que en la cama dando vueltas. Nada me entretiene en ese momento. No tengo ganas de leer, ni oír música, sé que no me va a relajar. Por un momento creo oír el timbre, quizás porque deseo que vinieran a mí casa y acabar con la pesadilla. Pero no es posible, no creo que ella viniera a decirme nada y si así fuera volvería a la misma pesadilla de siempre. Es mejor así. Quizás realice un viaje, bastante largo y lejos de aquí. Necesito conocer a gente nueva, relacionarme de nuevo con mujeres desconocidas y volver a tener relaciones sexuales. Esto quizás me relajaría, aunque lo solución no es tan fácil, aunque es una salida para poder olvidar. Necesito relajarme y eso me vendrá bien, aunque sea por un tiempo. Después ya buscaré una solución definitiva.

Me levanto del sofá para coger la revista deportiva del mes. La tengo encima del mueble. Justamente, al recoger la revista, que estaba encima de una figurita de un búho, regalo de Marta, suena el teléfono. Descuelgo con nervios y al otro lado oigo una respiración, pero no dice nada. Cuelgo furioso, blasfemo con rabia. Vuelve a sonar y esta vez no le hago caso. Salta el contestador… me llevo una sorpresa al oír a Maria. Pide que vaya a las ocho de la mañana a la cafetería de la plaza mayor, para hablar con ella y poder aclararla algunas cosas, importantes para ambos. La noto nerviosa, y habla bastante rápido. Me deja su número de teléfono para que la llame para confirmar la cita. En ese momento, por auto reflejo, descuelgo el auricular para confirmar que si voy a ir. Estoy algo desconcertado por su llamada; tras descolgar, y oír un adiós en francés, me cuelga rápidamente sin mediar palabra conmigo. Me pregunto por qué no me ha dicho nada y tenemos que esperar a mañana. Me pregunto cómo demonios habrá conseguido mi número.

EL PREMIO

Entrada Original, Lunes, 25 de Abril del 2011


La verdad que no sé como comenzar esta entrada. No os engaño, ni quiero hacer teatro, pero es difícil explicar esta sensación tan rara que siento en estos momentos. Mas bien, no raro, sino estoy contento por los últimos acontecimientos y por el premio que he recibido y estoy como en las nubes, pero siempre con los pies en la tierra y trabajando para continuar en la misma línea; pero esta felicidad no se puede describir con palabras, e intentare expresarme lo mejor que pueda. Por otra parte, antes de comenzar, creo que me estoy dejando influir por el relato; me explico. En la forma que escribo, a veces, parezco un personaje de mis relatos y eso pues no me gusta. Quizás no entendáis nada, pero yo si me entiendo e intento que vosotros también. Como estoy escribiendo el relato por partes y cuando puedo, aunque como veréis no estoy tardando mucho, y si es así, pues perdonarme, cuando escribo algo que me ha sucedido a mí, pues me sale del mismo estilo, y joder, no me gusta, porque me gustaría tener la capacidad de separar mis historias, con mi vida y mis hechos. Espero que eso lo entendáis; quizás es una locura mía o quizás es una tontería, pero no sé, no me gusta y como tal, lo digo sin tapujos. Siempre he sido sincero y casi nunca, por no decir nunca, me callo las cosas y las digo tal cual, a veces sin pensar, también es cierto, pero siempre parece ser que tengo que justificar lo que hago o digo, y no me sale de los cojones tener que hacerlo en cada instante. Pero como esto lo he dicho no sé cuantas veces, pero veo que la gente no aprende, y esta entrada es relacionada con mi premio obtenido el 22 de Abril del 2011, viernes, por un anuncio creado para Estados Unidos (para mi alegría porque soy yo el prota, junto a tres bellezones… hasta ahí puedo leer)… a ver recapitulo.



Lunes 18 de abril del 2011.

Como ya estamos en Nueva York, me avisan con unos días de antelación que voy a recibir un premio. PREMIO SOL, esta vez celebrado en NUEVA YORK. Uno de los más prestigiosos y mayores premios en publicidad, junto a otros, pero esté es lo más de lo más en publicidad, cosa que es la segunda vez que reconocen mi labor, no solo a mí, sino a todo mi equipo, por uno de mis anuncios. El primer premio SOL, me lo dieron en mi tierra amada, en concreto en Donosti, pero esa vez no pude ir, y fue Lucia en representación de mi súper agencia (esto va con puñeteria por la mini pandi). Me lo dieron por un anuncio de BMW, el original, el de la manita, y el “te gusta conducir”, pues ese me lo concedieron, y joder fue una gran sorpresa. La verdad, que he recibido otros premios, no menos merecidos, aunque sean pequeñitos (joder no caen del cielo, ahora sí que soy yo mismo…) y nunca me han gustado ir a recogerlos, porque antes me daba vergüenza, o n me ha gustado ser el centro de atención. Aunque no lo parezca, en lo profesional siempre he sido bastante vergonzoso, fijaros que parece mentira, pero así es, y en lo personal puedo ser, y lo soy, un poco cabron, guarro y hablo sin tapujos de lo que haga falta, follo, deshago, hago… pero en lo profesional siempre me he cortado más. Y bueno, casi nunca iba a recogerlos personalmente, y evitaba algunas fiestas; pero no por nada en concreto, a veces por falta de tiempo, otras por qué no me encontraba en España, pero últimamente, pues como les hago publicidad a grandes firmas (ya sabéis que viajo últimamente mucho, no paro, de trabajar como un cabron para continuar en mi misma línea) pues es inevitable tener que ir a fiestas, que por una parte no digo que no estén bien, porque lo están y joder me lo paso bien. Conoces a gente, te relacionas y bueno, siempre puedes sacar provecho, no solo profesional, sino personalmente y cada vez, quizás por la compañía de parte de mi equipo, ahora de Lucia, pues voy más a menudo.


Me estoy marchando del tema, lo sé. Pues eso, el primer SOL, fue la puta polla recibirlo, y joder estaba fuera, y no pude ir personalmente y más siendo en mi tierra. Y éste es el segundo SOL, por un anuncio del 2010, de perfume, prota, dirigido, realizado, dedicado por mi gran equipo y por mí. Y nada, que me lo comunicaron con tan pocos días, para que no “huyera” y fuera a recogerlos. Aquí en Nueva York me conocen y de sobras, y joder ver carteles con tu cara, pues uno no está acostumbrado… ya estoy hablando más de la cuenta… pues eso, que otro premio SOL para nuestras espaldas. Continuo:



Viernes 22 de Abril del 2011.


Durante la semana, pues cada vez estoy más nervioso, me pasa lo del móvil, que termino de solucionarlo, el trabajo tengo que ir terminándolos, ya he cerrado todos los tratos con todas las firmas, me queda una semana para terminar todo, cosa que llegare y sobrado (mis socios son cojonudos), nervios, estrés, felicidad, ganas de recibir el premio, miedo al discurso, un poco de pánico a las fotos, a atragantarme, ver a mi peque a diario, a Lucia, hablar con mi gente… y deseoso que llegara el viernes para que acabara todo y asimilar un poco todo. Como os he dicho, fue una semana rara, aquí sí que hubo mezcla de felicidad, rabia, estrés, y agotamiento (por eso el domingo me sentía algo “pachucho” y con fiebre).


No sé si os he dicho que si hubiera estado en España, me hubieran avisado con más tiempo; no sé cómo funciona el jurado, ni con cuanto tiempo, pero si me lo hubieran dicho estando en España os aseguró que hubiera ido a recogerlo; os confieso que al principio, tras cambiar varias veces la fecha de mi viaje a esta ciudad, de cambiarlas por motivos personales, nacimiento de mi hijo lo más de lo más, joder como le quiero a mí peque, pues retrase el viaje, y cuando llego la hora de ir, la verdad que no me apetecía mucho. Mis socios me dijeron que todo estaba solucionado, que como había adelantado mucho el trabajo y era cuestión de grabarlo, pues que si no iba que no pasaba nada. Las grandes firmas contaban conmigo para próximas campañas, eso sí que es un éxito, triunfar donde siempre he querido, currando horas y horas como un cabron, sacar adelante todo, repito, mi gran equipo y yo…. Pues eso, que si no iba no pasaba nada… pero si llego abril y fuimos los tres, para estar un mes, ya que tengo otros compromisos… y bueno, como sabía que iba, e iba a estar, pues eso, me lo dijeron allí…


Perdonar si me enrollo como una persiana, pero me lio a escribir, a veces sin pensar lo que estoy escribiendo y me sale esto que leéis… vale, vayamos al hecho:


El viernes me tomo casi el día libre, ultimando los detalles de preparación de la fiesta. Trabajo lo justo y necesario, que también me lo merezco. Todo perfecto y preparado para la gran ocasión. Estoy en la cama, en gayumbos, como siempre, mientras Lucia se estaba bañando, y preparando para la ocasión. El peque medio dormido, tranquilito, como si supiera que los papis se iban a ir, y que tenía que dar guerra a la niñera (serán los genes); yo tumbado en la cama, en gayumbos, bastante cachondo, como casi siempre, estirándome las pelotas, joder como me flipa eso, y bueno, tocándome de vez en cuando, pero sin llegar a terminar de pajearme. Si no lo digo reviento.


Me escriben por Whasapp; por discreción, obviare quien es, cuando lo lea sabrá que hablo de él… no diré de lo que hablemos, no mencionaré eso… me siento a gusto hablando con él… en definitiva, que Lucia esta lista, y yo sigo haciendo el vago. Nos viene a recoger una limusina, así que tras hablar, ducha, me visto, zapatos, me siento más que guapo, orgulloso, un besazo en la boca con Lucia, un beso al peque, a la niñera un par de instrucciones, y para abajo. El chofer esta algo enfadado, según dice vamos con retraso (estilo relato, creo que soy más breve así jajaja); como si fuéramos los únicos que vamos a llegar tarde. En esta ocasión no diré que famosos, ni invitados van, es discreción, que a veces corresponde callarse la boca. Cuando uno es profesional lo es en todo ¿no?


Pues eso, llegaría cerca de las 22.20, más o menos, nervioso, Lucia me da la mano, me intenta tranquilizar, aunque ella está más nerviosa que yo. Solemos a ir fiesta, pero por separados, y hemos estado muchas de ese estilo, pero muy pocas ocasiones, para mi mucho mejor eso, creerme, os lo digo de corazón, no solemos posar por photo call. No somos famosos, somos publicistas, y no toca posar, aunque asistamos a muchas… creo que cogéis el concepto. Pero esta ocasión, la firma, la marca, mi premio, así lo requería… posar, fotos, miradas, joder, me sentí extrañísimo ver los flashes… ahora entendéis que estuviera y estoy en las nubes, que me diera fiebre, si aquello no es lo mío, aunque joder, también reconozco que me sentía “estrella”… no sé si es la palabra, pero creo que es para que me entendías… hoy mucho entendimiento entre mis lectores y yo… pues eso, photo call, fotos, risas, entrada, brindis, saludos, gente, gente y gente, nos sentamos, cenamos (más tarde de lo habitual), y zas mi nombre retumba en nuestros oídos en un acento americano Asier González González (va esta vez pondré los acentos) … ¿os acordáis cuando dijeron por primera vez Antonio Banderas? Creo que fue en la peli de “Asesinos”… pues eso, dijeron mi nombre tipo así, y nada, me levantó, me siento en el podio, no tengo por qué negarlo, es un sueño hecho realidad, de hecho culminado, llevo años trabajando para firmas americanas, pero joder, fue una sensación de grandeza, de acordarme de los míos, de mis padres (por desgracia ya no están conmigo), del nacimiento de mi hijo… de mis amigos de toda la vida, de gente que acabo de conocer, de los que quiero, y un etcétera tan grande como aquella sala. Discurso total, agradecimientos, felicidad, lagrimas, y volver a mi sitio, besar a Lucia, que es la mujer que sabe todo lo que he pasado, que trabaja conmigo… me sentí el hombre más feliz de la tierra, sensación que sentí al nacer mi hijo Asier, no los comparo, porque el nacimiento de mi hijo fue increíble y lo es, y lo será, pero reconocerme en mi ciudad favorita, donde hay grandes agencias de publicidad, y que venga yo, un español y le otorguen ese premio, por ese anuncio, que por cierto, tengo que grabar la “segunda parte” en esta semana, y otros de jeans, con un trozo de la canción “un momento”…. Pues eso, grandes agencias para una grande ciudad, y va me lo conceden…


Tras recoger el premio, continuamos cenando, necesitaba un cigarro… bailamos, y tras terminar la entrega de premios, una gran velada, cena etcétera, nos vamos de fiesta a celebrarlo. Otro sueño cumplido.


No me queda nada más que añadir. Espero que me hayáis entendido, mejor dicho, que me haya explicado bien. Creo que he intentado expresarme lo mejor posible y bueno, intentado ir al grano y no enrollarme demasiado, aunque a veces eso no lo consiga, pero hay puntos que no puedo contaros por discreción. Espero poder subir, si me dan permiso, el video, fotos y demás. A veces, como los australianos, solo tenéis que comprobar en youtube, no hay mucha publicidad sobre marcas nacionales… que bueno, que no me enrollo más, y me despido con mis besotazos y hasta la próxima entrada.




Papis, mi peque Asier, mi gran Lucia, mi gran equipo, va por vosotros.

miércoles, 25 de julio de 2012

RELATO VII (VIII)

Entrada Original, Miércoles 20 de Abril 2011

V

Deseaba con ansiedad saber lo que me iba a contar. La veía bastante tranquila y eso me inquietaba a mí, ya que esperaba nerviosa poder explicar mi motivo del viaje a París. Hacía poco que Pablo y yo nos estábamos dándonos un tiempo, y deseaba contar todo lo que me había hecho para así encontrarme de nuevo con la mujer que fui y que actualmente soy. O al menos intento ser.

Mi historia con Marcos fue totalmente diferente. Yo nunca supe que estaba con María, aunque si sabía que había otra mujer, nunca sospeché que se trataba de ella, de mi amiga, de mi amante. Me sentí engañada por él; engañada por dos hombres completamente distintos, pero a la vez tan iguales. Por mi parte, nunca me sentí culpable de haber mantenido una buena relación con Marcos, ni remordimientos por mi secreto que mantuve durante tiempo con él. Eso sí, nunca me dijo directamente que estuviera felizmente con María. Realmente de él sabía poco, aunque eso no era impedimento para estar largas tardes en la habitación, a escondidas de Pablo, y a su vez, escondidas de María. Yo me escondía de ambos, y él de María, pero os juro que yo no sabía que se trataba de ella. Pasábamos horas y horas juntos, en las ausencias inexplicables, eternas de Pablo, que favorecían continuar en los brazos de otro hombre: de mi Marcos. Él trabajaba como representante de importantes exportaciones e importaciones de obras de arte, para los mayores museos del mundo; ayudaba a recuperar cuadros históricos e importantes para el patrimonio nacional; también organizaba subastas públicas y privadas, algunas para recaudar fondos para la ayuda contra el sida, o para luchar contra el hambre, aunque la mayoría eran, por motivos de sus jefes, para los ricos hambrientos de reunir en el salón grandes obras para poder, de forma presuntuosa, presumir ante la sociedad, teniendo un falso interés hacía las obras que poseían. Y por libre, ayudaba y enseñaba a nuevos artistas, autenticas revelaciones en el difícil mundo de la pintura; más tarde supe que en una de sus clases conoció a María.

En una de las subastas, organizada por Marcos para la "Galery Art" de Nueva York, una de las más prestigiosas galerías del mundo, le conocí completamente desolado, destrozado tras los últimos fracasos. Sus últimas incursiones no habían tenido demasiado éxito, no por él, sino porque sus socios no estaban de acuerdo en algunos aspectos y les cerraban puertas para conseguir recaudar y poder ayudar en sus acciones humanitarias. Esto le afectó personalmente. En esta ocasión puso todo el empeño para que saliera todo bien. Quería sacarle todo el provecho posible, tanto personal, como profesional y darle en todas las narices a su socio para conseguir el resto de propositos. Todo estaba preparado a la hora prevista. Yo había viajado para recoger unas cosas de Sara, de su loft, e ir a la subasta para pujar por unos cuadros, ya que uno de mis amigos, un nuevo rico, quería tenerlos en su salón y a su vez poder subastarlos… siempre era la misma historia. Comprar una obra de arte, tenerla un tiempo, para presumir de ello y cuando se cansaba subastarlos para otro capricho.

Esa noche, me había vestido con un traje de Gucci; utilicé poco maquillaje para la ocasión. Me senté en primera fila, tenía que pujar fuerte para los cuadros que el nuevo rico quería tener a toda costa, y que por una excusa bastante estúpida, no fue él personalmente. Marcos, al lado del moderador, elegantemente vestido, me miró fijamente y sonrió como si yo estuviera sola en la sala. Me sonrojé por un momento, pero mi corazón aún latía por Pablo, y a María la acababa de conocer. Mi relación con Pablo era como una montaña rusa, o estábamos bien o era puro infierno, y sus cambios de humor eran poco constantes. Y yo, a pesar de mantener esa relación tan bonita con María, le seguía amando. Sé que poca gente me puede entender, pero el amor es así de caprichoso. Yo no jugué con ninguno de los dos, sin en cambio, ellos conmigo sí, no tanto María que ella también había sido engañada por Marcos. En definitiva la soledad de los cuatro nos había encontrado por separados y unidos por un macabro destino. Mi soledad era mi mayor enemigo y me había invadido durante mucho tiempo y tras la muerte de mi madre, la soledad se pronunció mucho más; me mataba más deprisa, con más ansiedad. Después llegó la trágica muerte de mi padre y eso me hundió más. Estuve bastante tiempo fuera de la vida social, sola y viendo a íntimos amigos; me refugié en el trabajo e hice la función de relaciones públicas de los hoteles de mi familia, uno de ellos, en Praga, donde conocí a Pablo.

Sinceramente, Marcos me miraba como si intuyera mi pasado; me ponía nerviosa, aunque no niego que me gustara desde aquel instante. Mi mente pensaba en pasar una noche de lujuria con él, pero mi corazón estaba con Pablo. Cerré los ojos por un instante para concentrarme en la subasta que ya había dado comienzo. La operación de compra fue un éxito, tanto para mí, que me daba algo igual si no hubiera conseguido los dichosos cuadros, pero para Marcos fue una gran satisfacción. Había conseguido superar sus objetivos y en la última copa, después del cierre, me invitó a cenar. Nerviosa y pensando que no estaba haciendo nada malo, acepté la agradable invitación. No me lo pensé mucho, no iba a pasar nada malo, pensaba mientras sonreía, aunque ocurrió todo lo contrario. Me llevo a un restaurante de Manhattan, uno de los más selectos de la ciudad. Me llevo en un coche, un Mercedes con estilo. La conversación se entornó a su trabajo, a gustos musicales, cine, familia, tema que esquivé con preguntas absurdas, que a él, sin saber la verdad, le hizo bastante gracia. Me sentí bien con él. El tiempo a su lado se paso sin darme cuenta. La cena fue exquisita, de lo más selecto, y la conversación divertida, amena, bastante agradable; yo evité hablar del amor y de la familia, aunque él intuía, no sé cómo, que algo me ocurría, pero como yo prefirió no decir nada. Eso me llenó por dentro, invadiendo mi corazón ocupado y deseé pasar la noche con él. Quizás ese fue mi error, dejarme llevar por creer que tenía buen corazón, de su hermosura, de su estilo de vida… confieso que me gusto pasar la noche en su dormitorio, pero después de marcharme me arrepentí, teniendo remordimientos, sintiéndome culpable… y Pablo se dio cuenta de esto, pero nunca hablemos del tema, y yo por miedo a perderle nunca le conté de aquella aventura, que con el paso del tiempo se convirtió en una relación solida, cuando Pablo dejó de amarme. Antes habíamos tenido encuentros esporádicos, deseado por los dos, ansiados, encuentros lujuriosos, que me hacía sentir más culpable. No quería dejar a Pablo, pero le hacía daño. No quería dejar a María, pero empecé a mentirla… y llegué a enamorarme locamente de él, convirtiéndose en mi Marcos.

Conocer gente para mí nunca había sido un problema, y casi siempre los conocía de la misma manera, en un lugar público, entablar conversaciones, tener una bonita amistad, quizás mantener relaciones sexuales, aunque a veces los resultados no son los esperados. En esta ocasión le conocí en un acto público, conversemos, me invitó a cenar y acabemos en su cama. Los motivos de nuestro comienzo eran parecidos a los del pasado, pero la ruptura fue bien distinta. Se convirtió en mi amante por una noche, después paso a ser mi amigo, mi confidente, junto a María, que si hubiera sabido que mi Marcos era su novio, jamás me hubiera liado con él. Pero esto yo no lo supe, hasta que una tarde, nos encontró en la cama de la habitación de mi mansión. Rompió conmigo, y yo tuve doble ruptura, la de Pablo que definitivamente me abandonó, y la de Marcos, que sintiéndome engañada, le dejé al saber que la otra mujer, que yo sospechaba que existía se trataba de María. Sí, yo también había jugado con fuego, pero yo no fui la culpable de todo eso… fueron sus mentiras, sus engaños, su frialdad que me hizo tomar ese camino. Yo caí en sus trampas, en su red, confié en ellos, en sus palabras, sus promesas… y terminé hundida, pero con el tiempo, resurgí de mis propias cenizas.

Todo lo ocurrido con Pablo, y mi primera cita con Marcos, sin sospechar ninguna de las dos que se trataba del mismo hombre, se lo contaba a María, sentadas en aquel árbol, con lágrimas en los ojos, mojando mi mejilla, que ella secaba con suavidad, con sus manos oliendo a fruta, mezclada con olor dulce de amapola. Después continuaron los besos. Ella a mí también me explicó con una voz aterciopelada parte de su vida; ella había huido a París para recomponerse de un amor no correspondido, y así poder olvidar lo que le hizo Miguel, y dejándome claro, que estaba enamorada de otro hombre que si le correspondía. De él no me hablo mucho; se le veía feliz, pero no juzgué que me besara, que me acariciará, porque la comprendía. A Miguel le conoció en la universidad que su padre había elegido que estudiara bellas artes, carrera que no aprobaba que hiciera, pero que tenía claro que iba hacer, aunque esto le disgustara a su padre. Aceptó con regañadientes estudiar allí. Se opuso durante un tiempo, pero su sueño de estudiar bellas artes, le hizo coger la oferta de su padre. No tuvo más remedio. En lo demás le iba bien. Sacaba buenas notas, tenía amigos que le llenaban la vida, pero algo le faltaba que echaba de menos, tener una pareja al lado, que la cuidara, que la mimara. Al principio le atormentaba la idea de estar sola, pero con el tiempo, se dio cuenta que necesitaba ocupar más horas a sus estudios y eso le satisfacía, aunque sí que ansiaba enamorarse y lo más importante que se enamoraran de ella. No era solo por el hecho de estar con alguien o tener relaciones sexuales, eso lo podía conseguir, sino por el cariño que no recibió del padre, pues lo echaba en falta en un hombre. Ella se enamoraba constantemente, de gente que realmente no conocía, de cualquier extraño, de su mejor amigo… en busca de un cariño que no encontraba. Entró, incluso, en teatro para conocer a nuevos hombres, que pudieran llenar su vida. Se carteaba con gente que conocía en foros, conferencias, por internet, buscando el amor que ansiaba. No buscaba un tipo de hombre, no era exigente en ese sentido, sino alguien que pudiera apreciarla tal como es, buscando cariño, paz interior, que no podía encontrar en nadie. Apartada de su familia, refugiada en sus estudios y en algunos amores encontrados en noches de bares, en bibliotecas vacías, en calles oscuras, dejaba pasar tiempo a esa soledad enfermiza. Ella lo negaba, pero enfermaba de amor, cuando no le correspondían, y le afectaba mucho. También cuando mantenía relaciones sexuales lo pasaba mal; era muy enamoradiza y cuando él o ella se marchaba de aquella cama, tras el acto sexual, le llegaba un vacío, el arrepentimiento de estar con desconocidos, mayores o jóvenes, y pasaba todas la noche sufriendo.

Dejó pasar el tiempo, negó lo evidente, hasta que en una de las clases, del nuevo profesor, se enamoró perdidamente de él. Se obsesionó por conseguirlo, siguiéndole casi a todas partes, preguntándole en clase por cosas triviales, lo hacía para quedarse a solas con él. Algunas de sus amigas le advirtieron de la fama del profesor, que corrió tras las aulas como un lobo aullando. Rumores que a ella no le importaban. Se decía que al profesor le gustaba maltratar a la amante de turno y que las relaciones acababan mal por eso y otros asuntos turbios. Pero eso no le paró los pies para conseguir su objetivo. No creyó en nadie, ya que a solas con él, en la clase, le daba conversación agradable y amistosa; según ella, era dulce y amable y no se sobrepasó ningún momento con ella. Fue correcto en todo momento. María se lo explicaba a sus compañeras, pero nadie le creía. Por culpa de este tema, empezó a perder a sus amistades, incluso llego a oídos de su padre, que le amenazó con dejar de pagar los estudios… pero ella seguía obsesionada con el profesor. Su nombre lo escribía una y otra vez, dibujaba corazones como una adolescente; su obsesión fue tal, que empezó a sacar malas notas en algunas asignaturas, dejó de salir para espiar a Miguel. Esto le cegaba y no le dejaba ver, que un hombre se había enamorado de ella de verdad. Otro profesor de la universidad: Marcos. Por supuesto, ella no sabía que él se estaba enamorando de ella, ni se daba cuenta, o no quería verlo, hasta que una tarde, éste se lo confesó tras el examen de febrero.

IPHONE E ITUNES

Entrada Original, Martes, 19 de Abril 2011



La informática y yo no somos compatibles en absoluto. Yo reconozco que soy un cero patatero, un cero a la izquierda en cuestión de informática; en publicidad podré ser mejor o peor, y modestia aparte, me considero muy bueno, a la prueba está por donde me muevo en este mundo que tanto me fascina. No hace falta decir más.

Pero en cuestión de informática, soy un verdadero desastre; a ver, Excel, Word y otras cuestiones pues uno se defiende, pero cuando me hablan de palabrejas que me suenan a chino, me encabrono fácilmente, chillo de rabia o impotencia (que para nada soy impotente jajaja) y bueno me enfado conmigo mismo o con quien este, pero lo que me está ocurriendo con el Iphone ya no es normal. Tanto que le dedico una entrada o mini entrada, según vaya avanzando las palabras.

Pues en noviembre, encontrándome en Sídney, yo tan feliz con mis dos compañeros, trabajando como un cabrón, eso sin dudarlo, y con mi Nokia N70 (si no recuerdo mal) tan feliz, mensajitos, llamadas y suficiente para mí. No es que odie las tecnologías, pero para eso me conecto por el portátil y me resulta más fácil de manejarlo (estoy acostumbrado a mi portátil que cuando me ponía a uno de mesa me resultaba raro) aunque ahora ya no tanto, me adapto a todo. Pues bien, en uno de mis arrebatos, y tras la insistencia de llamas de Jazztel a mi fijo (desviado a mi móvil, le dije donde me encontraba en ese momento, pero les daba como igual) para que me cambiara a Jazztel móvil o móvil Jazztel, tanto da, que me ofrecían un buen precio de tarifa de conexión, y etcétera, me dejaban tirado de precio un HTC, rondaron mis dudas y preguntas, "empujado" por Jordi Sans (luego me dices que no te nombro jajaja)… a ver que me pierdo. Pues eso, el precio del HTC no eran tan perfecto, las tarifas si son reales pues bastante bien, le pregunté por el Iphone, aunque sospechaba que solo trabajan con las tres grandes empresas, "estafección"… y yo saltando como un canguro del si al no, y del no al si… acabe comprándome un Iphone por internet. Esa es la conclusión.

Pues me llegó, no recuerdo a que días, a la dirección de mi ático de Madrid, donde en un principio vivo y es donde menos estoy, que allí se encontraba mi Lucia, embarazadísima de mi pequeñajo, me lo envió junto a la tarjeta pequeña de movistar (siempre fiel a ellos por nuestros chanchullos – no me callo ni bajo el agua-) y bueno, con la ayuda, ya sabéis de quien, nos pusimos manos a la obra. Pues bien, ahí empezó todo. La ayuda era buena, mis nervios no, mis gritos pues tampoco, y él que se tuvo que marchar, al final no se que salió ahí, pero mi Iphone funcionaba sin desconocer que algo mal había hecho, mea culpa… y el resto de la historia os lo sabéis. La primera actualización y el mensaje: "Itunes no reconoce el Iphone de Asier, vaya a restaurar...". Primera restauración y así desde Noviembre hasta el día de hoy, 19 de abril. Como soy más chulo que un ocho, lo dejé pasar, también porque me encontraba allí, luego hice el viaje a Roma, o era Milán, sigo dormido, luego Paris, Madrid, y el Iphone lo iba dominado, pues me la pelaba un poco, hasta que llegaba el momento de actualizar, el hecho de tener ese pequeño fallo. Ni me moleste en llamar en el plazo, dichoso sea, de noventa días, que la verdad que no sé ni para qué sirven; consulté con un par de amiguetes, y bueno, no supieron solucionarlo. Y bueno, hasta que se me hincharon de verdad, harto ya de empezar una y otra vez, de ver el mensaje, de no poder actualizarlo a su debido tiempo, y otro largo etcétera, pues empecé a preocuparme de verdad, a encabronarme más porque sus respuestas no eran satisfactorias, aquí en Nueva York (veo que algunos no se han enterado donde estoy, que no pasa nada, no es bronca), Apple ha pasado de mi totalmente, recordándome dicho plazo de noventa días, incluso les dije que yo pagaba, pero que me dieran una solución, un apoyo, una ayuda, un algo y bueno, creo que acabaré en Xanadú, con mi portátil, y mi Iphone y a ver qué pasa.

Ayer, tras una larga desesperación, de fumar algo más de la cuenta (fumo 4 o 5 cigarros al día, o incluso a veces tres), llame a un 902 e intentaron ayudarme. Muy amables, todo hay que decirlo, me pasaron un enlace, otra vez el prota Jordi Sans, a mi ayuda. Y bueno, no funcionó. Resultado, que tuve que restaurarlo, lo positivo, pues que tengo la última actualización. Tengo que agradecer a Miguel sus consejos (es un amigo del Twitter), y sus molestias, porque por desgracia no dieron resultados.

Con esta entrada no quiero decir que Apple sea una mierda, ni que el Iphone sea un desastre, ni mucho menos, pero sí que quiero recalcar, quien bien hace su trabajo, se merece estar en su puesto. No entiendo como una compañía de estas características haya pasado de mi totalmente en Nueva York, y que tras una línea de teléfono, dos técnicos, o dos currantes, me hayan ayudado en todas las posibilidades existentes, resultado negativo, pero han dado todo lo que han podido para solucionar mi tema. No he ido a Xanadú, no sé lo que me van a decir, ni lo que van hacer, pero espero de una vez por todas, que Itunes reconozca mi Iphone, y así yo esté tranquilo y el oído de mi amigo, de Lucia se relajen.

¿Mea culpa por no haberlo hecho bien desde un principio? ¿El Iphone no me funciona correctamente? ¿Es el Itunes? ¿Windows 7?... pronto saldré de duda, cuando regrese a Madrid, aunque es posible, no lo afirmó, que mañana, como mi Lucia tiene que venir conmigo a media mañana (mi peque se quedará en la guardería de las oficinas, que es todo un lujo) pues ira ella personalmente a donde no me quisieron atender, con mi portátil, con mi Iphone a ver que le dicen y a ver si me lo solucionan.

Mi parte de culpa no me la quita nadie, yo metí las manazas, yo esperé demasiado tiempo, pero eso no quita que me den una solución y más cuando tengo días y días de garantías.

Pues nada, hasta aquí ha llegado la entrada, seguir sería repetirme, y eso si que no me gusta… tan solo daros unos besotazos, marca Asier, por supuesto, y deciros que habrá una próxima entrada por lo que suceda mañana miércoles, y por lo que os quiero contar por el viernes. No sé cuando la escribiré, si ese mismo día, si pasado unos días, pero espero poder hacer dicha entrada. Y por supuesto la continuación de mi relato.

Nada más que añadir,

Besotazos marca Asier.

Cosas que puedes hacer desde aquí:

{0}
Favorito
{0}
{0}
{0}
{2}