martes, 27 de marzo de 2012

OTROS

Entrada Original, Miercóles 1 de Septiembre del 2010

Muchos de vosotros me habéis dicho a través de la red social, que ya no escribo en el blog, que lo tengo abandonado, que tenéis ganas de leer, y yo os lo agradezco. A cada uno de vosotros os digo que es cierto, en Agosto solo he escrito una entrada, pero sé que entendéis que estoy aquí en Sídney por trabajo y que el poco rato que tengo (excepto el fin de semana) pues lo paso en la red social, hablando con vosotros, o me lo dedico a mi, conocer rincones de la ciudad y otras cosillas, por ejemplo, una que me flipa y mucho es el follar. Pues bien, tengo muchas ideas en la cabeza, y tengo cosas que explicar, aunque a veces, no me apetece o tengo que escribir la entrada en varios días, hoy voy hacer la siguiente entrada, o ha comenzarla, allá va:

Hace una semana, más o menos, que terminé el libro "De todo lo visible y lo invisible" de Lucía Etxebarria. Creo que ya he comentado en varias ocasiones que me flipa la autora, la encuentro extraordinaria y una mujer luchadora y aunque es muy feminista, muchas veces, la mayoría, dice las cosas tal cual, verdades como puño, duelan o no duelan y opina con total libertad. He coincidió en varias ocasiones con ella, hemos tenido charlas extraordinarias y aunque no somos íntimos amigos, la conozco un poco y sabe que me chiflan sus novelas, ensayos, poesías y que la tengo muy considerada. Por cierto, también me he terminado de leer su última novela "Lo verdadero es un momento de lo falso" y joder he alucinado. Menuda historia tan bien contada; la tengo envidia, tiene una forma de transmitir los sentimientos que la hace única. Y las historias te llegan.

Pues bien, mientras iba leyendo la novela, premio primavera 2001, me iba sintiendo más Ruth Swanson; no me he vuelto loco, más de lo que estoy, no creo que pueda; pero si, es cierto, me he sentido Ruth Swanson en más de una ocasión (Lucía sabe reflejar la realidad como nadie), excepto en el intento de suicidio (os recomiendo que leáis es muy positivo). Como dije en una entrada anterior, me parece que fue una de las primeras, creo recordar, nosotros tenemos dentro de nosotros varios extraños que a veces salen a flote y no sabemos bien él porque nos pasa esto o nos pasa eso. ¿Quién no ha hablado consigo mismo? Yo lo hago, creo que es de lo más normal, como el comer, y mientras uno observa, y se siente observado, puede que ocurra que vayas hablando contigo mismo y así te vas conociendo mucho mejor. Pues bien, esos extraños, esos Asieres que tengo dentro (Ruth tenía muchas ruths, y se hablaban entre ellas, manteniendo una conversación fluida) están saliendo a flote últimamente. Repito no me he vuelto más loco, pero una serie de acontecimientos, unos sentimientos me han aflorado y los asieres extraños, más íntimos, más profundos han salido a flote a través de esas ruths de la novela. No es que me identifique al cien por cien con ella (incluso también me he identificado con el protagonista masculino Juan de Sileone, sino recuerdo mal; digo eso porque tengo una memoria muy desmemoriada) pero sí que he vivido muchas situaciones parecidas a las que la pasa a la protagonista, no es que vaya a explicar toda, en parte porque desvelaría la trama y eso me jode mazo; es igual que cuando te explican algo importante de una película o te dice que el asesino es el mayordomo. No mola, jode y fastidia.

Bueno que me salgo del tema, como de costumbre. Si ya te digo yo que escribo y desvarió un rato en mis pensamientos y me cuesta expresar ciertas cosas. No es que me corte, sabéis de sobra que no me cortó ni un pelo (si me rapo por eso jeje) pero no es fácil de explicar. ¿Quién no ha sufrido por amor? ¿Quién no ha follado con extraños y se ha sentido luego mal? ¿Quién no ha escrito una carta y luego se ha arrepentido? Esa es la vida, equivocarse, levantarse, continuar, llorar, sufrir, amar, follar, comer, dormir (yo poco), trabajar (últimamente mucho), disfrutar, reír (en la red mazo al igual que en mi día a día), conducir, leer, soñar… ¿quién no se ha confundido alguna vez? Cuantas cosas hacemos que luego nos podemos arrepentir o no, algunas son por inercias, otras salen solas, pero la vida te depara sorpresas, malas y buenas, buenas que luego son malas y viceversa.

Mis asieres quieren salir y de hecho lo hacen. No es malo, para nada, es más, lo veo hasta necesario.

Quizás no entendáis nada en esta entrada, tan corta, tan breve, para eso tenéis que leer la novela y quizás entendáis el Asier que hoy escribe.

Sin más me despido con un fuerte abrazo. Va, también con un besotazo, marca Asier.


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