EL HILO INVISIBLE

Ayer os hable de mi bonita amistad con Barbara y de esa conexión que nos unió desde el primer día que la conocí.

En esta entrada os quiero contar que a veces me pregunto, que estará haciendo o como le va la vida a las personas que se han cruzado en mi vida, por una circunstancia u otra, no hay ningún tipo de conexión y dejas de hablar con ellos, sin más; o simplemente fue un rollo de una noche y ya sabes desde el instante que te has corrido, que no quieres volver a verle.

Ese hilo es el débil, no se detecta y se rompe tras la fría despedida.

Ya sabéis que me encanta observar a la gente, su comportamiento, su forma de hablar, expresar y sobre todo a desconocidos. Nunca me he puesto en la piel de otra persona, eso lo veo difícil, pero si me he imaginado otras vidas. A ver, te pones en la piel de otro cuando esa persona es cercana a ti y tratas de saber por lo que está pasando, su situación personal, pero nunca llegas a comprender lo que piensa realmente. Muchas veces, pensamos algo, pero actuamos de forma distinta; no sé si por instinto, porque realmente no estamos convencidos que es lo correcto. Y voy más allá, hablamos sin pensar o viceversa. Creo que la naturalidad se ha perdido; no sé si las tecnologías tiene la culpa del todo o llevamos una vida bastante estresante que casi no paramos a pensar en nuestras actuaciones.

El otro día leí un tweet que me hizo reflexionar: Quedamos con amigos para no hablar. Me explico. Yo no lo hago, y me joderia que mis colegas estuvieran conmigo, pero mirando todo el rato el móvil. Ese tweet decía que estaba en un bar y un grupo estaba cada cual a su rollo sin hablar. Me imagino que allí quedaron, pero no dijeron palabra. Uno estaba con el Iphone, otro con el ipad, uno con el portátil, ¿entonces para que quedan? Pues ahí, el hilo invisible es inexistente, y están más pendiente de lo que están escribiendo en su muro, que lo que un amigo le pueda explicar. No sé qué grado de amistad tendrían, pero desde luego, a mí eso no me lo hacen dos veces. Imaginaros que alguien viene a vuestra casa, porque le habéis invitado a cenar, y estáis pendientes del Whasapp. No creo que le hicieran mucha gracia. Y no es lógico que se haga, pero si es cierto que he visto varios comentarios de ese tipo. No me imagino follando y chateando. Ojo, tras pegar un buen polvo, he comentado en mi muro, porque me salía de los huevos comentarlo, o simplemente me apetecía decirlo. Tampoco hay que darles tantas vueltas, he visto cosas peores; en un muro leí “voy a cagar”. Es libre de decirlo. ¿Quién no se ha puesto a jugar mientras caga? Yo a veces os escribo desde el lavabo, pero no se me ocurre decirlo. El móvil permite eso y más. Pero decir que he follado, no veo nada malo, porque lo que si no me creería es estar escribiendo mientras la estas metiendo. ¡Vamos sería de gilipollas!               

Sí que es cierto que en alguna ocasión, estaba hablando por el Messenger con algún colega, y me la han empezado a mamar… y joder, dejas el portátil de lado, y vas al tema. Pero de este tema se podría hablar en otra entrada.

Sabemos que la nueva tecnología nos ayuda, pero no deberíamos o deberían de sustituir la calidez humana. Yo desde que tengo el Iphone es cierto que he podido adelantar temas laborales; enviar un correo desde cualquier sitio, conectarte a internet, casi sin necesidad de encender el portátil. Pero de ahí a estar enganchado ahí un paso; si que escribo más en las redes sociales, o hablas con tus amigos, pero cuando tengo tiempo, o cuando me apetece, desde cualquier sitio, pero nunca con amigos. No puedo entender la gente que está en la discoteca (el tweet para nada iba mal encaminado) y está con el móvil. Cierto que todos comentamos o subimos una foto de fiesta, pero de ahí a estar pendiente no es muy lógico. O sales a divertirte o te quedas en casa enganchado a al red. No es ninguna crítica, cada cual que haga lo que crea conveniente, pero no logro entenderlo. Y de este pasito de estar pendiente de un aparato (ya podrían estar pendientes de otros) a encerrarse en sí mismo. Entonces el hilo invisible se rompe y ya no vuelve aparecer. Hay gente que parece que vive dentro de una red social. Cada cual que haga lo que le venga en ganas, pero que no llore cuando realmente se sienta solo y nadie le responda, ni en persona, ni tan siquiera en el muro. Yo lo veo igual que cuando tienes pareja, no entiendo que tengas que dar de lado a tus familiares, amigos, por tener novio. Una cosa no quita la otra, pues esto igual, puedes estar en una red social, pero tener vida propia.

¿Pero estamos todos conectados? Eso me gustaría saber. Si el hilo solo está conectado con la gente que conoces (sea de un solo día, o sea de toda la vida) o también sirve para desconocidos. Creo más lo segundo, porque la conexión es total con los humanos, pero se hace fuerte cuando dos personas se conocen. Y pasa a ser de color rojo. Y hay dos opciones, o se rompe, o se hace más fuerte. Puede haber interferencias, se haga débil en un momento determinado, pero crezca la conexión y sea más total.

Sea como sea, creo en esa conexión. Pues bueno, creo que ya el tema no da más de sí, porque sería ir intercalando la conexión (el hilo invisible) con el tema de la amistad, con la familia, con el novio, pero el hilo, la conexión sigue siendo el mismo. Desde antes de ayer, desde que tuve el sueño con mi amiga Barbara le he dado vueltas a cosas que me han ido pasando; algunas las he explicado en este blog, otras jamás las sabréis.