DICIEMBRE

Otro año más que se acaba, y es cuando intentamos analizar lo que hemos hecho mal durante el año que se despide. Prometemos dejar de fumar, prometemos hacer dieta, ir al gimnasio, estar más con los amigos, gastar menos, y un largo etcétera que la mayoría quedan en eso, en promesas que sabemos que no vamos a cumplir o que no podemos cumplir. No siempre querer es poder, digan lo que digan. A veces la cotidianidad no permite realizar los sueños que tenemos en mente; y ahora con tanta crisis, prima de riesgo, y bolsas desplomadas, tampoco estamos para gastar dinero extra en algo que no vamos a realizar. Pero esto es generalizar, y mucho, y cada caso es un mundo, pero no deberíamos de prometer tanto y hacer más. No solo en la vida personal, también en lo profesional, a nivel pareja, amistad, incluso llevar la soledad lo mejor posible. No todos quieren estar emparejados, no todos quieren estar con gente, incluso no ver a la familia, pero sea el caso que sea, de cada uno, deberíamos de hacer el ejercicio mental pero con el corazón. Pero haya cada uno con sus cosas, temas, cada cual es libre de llevarlas como cree conveniente, y como he dicho en más de una ocasión, sin tener que joder al resto; y si joder mucho más que eso da más placer. Eso sí, hay que gente muy hija puta suelta, que encima que no sabe joder, si molesta al resto que quiere vivir en paz.

Diciembre este año para mí, aparte de que mi hijo haya cumplido un año, está siendo bastante estresante. No es una queja, es una explicación que quería contar en mi blog. Como sabéis o mejor dicho, deberíais de saber, soy publicista (cuantas veces más lo tendré que recalcar) y últimamente estoy de aquí para allá, “arrastrando” (mejor entrecomillado) a Lucia conmigo, para que yo esté así con mi hijo. Hoy es el cuarto día, bueno, algo menos de cuatro, que no veo a mi hijo, y le echo mucho de menos. Le llamo todos los días y oigo sus balbuceos, sus palabras sueltas, y así me reconforta algo menos la distancia. No siempre es fácil mi trabajo; el viajar es un placer, pero no siempre quisiera estar en todos los meollos y relevar más mi trabajo. Podría hacerlo, pero sinceramente, entonces no sería yo. Me gusta estar, programar, ver, como realizan lo que ha salido de mi mente. Podría relevar más a mis compis, pero tampoco lo veo justo. No sé si se está entendiendo, solo tenéis que preguntar con algún comentario. Repito, estoy muy orgulloso de mi trabajo, yo lo elegí, yo decidí, suerte que pude hacerlo, pero no siempre es un placer estar lejos de casa, y menos ahora.

Después de dejar Berlín, me encuentro en Paris y si todo va bien, la fortuna me vuelve a sonreír, el viernes terminare aquí para poder ir, a toda velocidad, a Milán, luego pasarme por Roma y todo esto más o menos hasta el viernes 23 de diciembre. Sé que lo voy a conseguir, pero joder, estoy a pleno rendimiento, y eso se va notando. Repito, no es una queja, solo que escribirlo, me calma mis nervios, mi estrés; calma mi mente, al igual que pasarme por Twitter y por Facebook, ojear algún periódico, ver la tele, oír las veces que hagan falta la voz de mi hijo, la de Lucia, la de mi primo David, la de mi familia, algunos amigos, y ahora pues también a vosotros, que sé que os tengo, y estás ahí. Jum, no estoy triste, ni mucho menos, aunque lo parezca, pero la necesidad de escribirlo ha crecido en cuestión de minutos dentro de mí, que casi mis dedos se deslizan por el teclado. Ale, ahora parezco poético, filosófico, o vete tú a saber… pero me siento también orgulloso de que mi blog os guste tanto, o al menos, que paséis a echar un vistazo. Gusta, como gusta gustar… otra vez sin utilizar sinónimos, pero así se ve más a simple vista lo que quiero decir. A todo el mundo le sube el ego (y si hablo de guarradas suben otras cosas) saber que tiene a la gente de tu parte (y mira que tengo enemigos, algunos buscados, otros no tanto). Pero saber que escribes y que alguien le vas a transmitir lo que estas contando, me tranquiliza. No lo veo nada absurdo lo que estoy diciendo, soy consciente de lo que estoy escribiendo, y como ya algunos me conocéis, sabéis que escribo tal cual pienso, siento, o quiero decir. No suelo rehacer mis entradas, a veces, he puesto alguna nota y las publico tal cual quedan. A veces hay faltas de ortografía, a veces repito las cosas (insisto en que soy publicista, y sí, he salido en algunos anuncios, y sí, he realizado sesiones de fotos) pero es que muchas de las cosas que digo, no sé porque, no quedan claras. Y creerme no soy yo. Porque más claro no lo he podido dejar en mis muros… pero bueno eso es otra historia.

Diciembre dice adiós, 2011 agoniza ya y un nuevo año nos espera a la vuelta de la esquina. No sé lo que va a ocurrir, no tengo ese don, tampoco quisiera saber el que pasara, creo que es más divertido, vivir la vida intensamente en todo lo que se hace, cada segundo y sí, yo lo disfruto. Tengo malos días, como todos, otros mejores, otros más divertidos, menos, más curro, más capacidad, menos… pero vivo intensamente e intento saborear, incluso aprender, de lo que se está viviendo en cada instante.

Pues nada, Diciembre dice adiós y como no quiero proponer nada para el 2012, y hoy no voy a echar la vista atrás, hoy no toca, cierro esta entrada, diciendo que disfrutéis al máximo de todo lo que se vive. Sea malo o bueno. Es mi opinión y así la dejo reflejada.

Besotazos de mi marca, hasta la próxima.