Reconozco que ayer la volví a
liar; me quemaba por dentro el quedarme quieto y la volví a liar. Hice lo que
mejor ser hacer, mandarle un par de correos, amenazantes, y ser el hijo puta
que siempre he sido. No debí de indagar más y dejar el tema tal como estaba.
Cierto que encontré las fotos por casualidad, pero mi rabia, mis ganas de
joderle (y no precisamente metiéndole el nabo) se apoderó de mí de nuevo y no
pude estar quieto. Le di vueltas un par de horas, pensando en lo que podía
escribirle, tanto por correo, como en su muro (en los dos, en su perfil de él
persona, como en su perfil artístico); antes estuve indagando con las fotos que
había encontrado, en serio, de casualidad por mi muro y averigüé lo que me
temía; no sé porque me jode tanto que esté trabajando en el cine porno (en una
página especializada y me imagino que amateur); no se trata de que este
haciendo eso, ni tampoco de que no me haya dicho nada. Sigo insistiendo en como
si tuviera que explicarme todo, como si entre nosotros no hubiera pasado nada.
Ni tan siquiera quedó la amistad tras la desastrosa relación, de tiras y
aflojas, de ahora nos vemos, ahora no te quiero, ahora te odio, ahora déjame,
ahora volvemos… la amistad estaba desquebrajada por todos lados y era imposible
que se hubiera salvado.
A veces parecía que sí, que
podíamos mantener una bonita amistad; se consiguió durante un largo tiempo,
pero volvíamos a las andadas. Tras conocer que tenía una nueva relación (nunca
olvidaré la primera vez que le vi besar a otro delante de mí; bueno me lo
encontré de casualidad en una discoteca de Madrid; él estaba con sus amigos,
que no eran los míos, pero eso es otro tema, y le vi enrollándose con alguien
que no era de su tipo; me dio un vuelco el corazón y esa noche ya no me
divertí); pues bien, tras conocer que aquel tipejo solo fue un rollo, me
imagino que producida por el alcohol, que más tarde me reconoció él, por mis
reproches y por nuestros tiras y aflojas; me reconoció que era un tipejo feo, y
que le entró el calentón… aunque no me lo creí bien del todo, la respuesta a
medias, no le pregunté más y deje el tema. Dejaba muchas cosas en el aire,
sabiendo que a mí me molestaba y mucho; siempre me decía que no me satisfacía
sus respuestas, que siempre preguntaba y preguntaba. Nunca entendió esa parte
de mí. No sé si quiso entenderlo o lo hacía realmente por putearme… en fin, que
me voy del tema: tras conocer su relación seria, con un Canario, estuve un
tiempo que le iba enviando correos, queriendo saber de él; fue a buenas, pero
poco a poco iba subiendo de tono, incluso provocándole erecciones con mis
guarradas o recordándole nuestros buenos polvos; me decía que si le invitaba a
casa, a cenar, o por ahí, podíamos pasar una noche; sabía que no lo iba hacer
(que yo sepa siempre fue fiel, al igual que yo) pero me ponía y mucho esa
situación. Pues bien, tras volver hablar con él por teléfono, nos volvimos a
picar con asuntos del pasado hasta que volvimos a dejar de hablarnos. Como ya
dije, siempre estábamos igual. Ahora sí, ahora no, ahora no te hablo, ahora sí,
tanto él como yo, aunque reconozco, que siempre le tiraba la caña y él recogía
el anzuelo.
La diferencia de edad, entre
nosotros, nunca fue el problema, nos llevamos siete años; no es mucho, pero por
aquel entonces, él era joven y buscaba sexo potente; nos conocimos en la misma
página que ahora está haciendo las escenas. No recuerdo si fui yo que le entré
o él a mí, pero la verdad, que tras nuestro primer encuentro, sexual, hubo más
hasta que empecemos nuestra relación seria. Yo me conservo bastante bien, y
aunque ahora él tenga 30 y yo a punto de 37, en el pasado, parecíamos de la
misma edad; la verdad que siempre me han gustado más jóvenes que yo, y
normalmente follo con gente más joven, pero nunca uno sabe lo que va a ocurrir
con alguien de tu edad; si cuento esto, es porque creía que le iba a poder
“dominar”, a ser algo más posesivo con él, pero eso no fue así. Su ansia de
libertad, de hacer lo que quería realmente, cosa que no era mala, fue uno de
nuestros mayores problemas. Fue por mí, más que por él, y lo que resulto ser
amor a primera vista, con buena química sexual, pues con el paso del tiempo,
solo fue sexo.
Cada letra que escribo, me hierve
la sangre, de porque el destino me ha puesto esas fotos en mi camino; las vi de
casualidad, y no pude estar quieto; no pude evitar de investigar más y ayer ya
fue la locura total. Mi locura, mi ardor por volver a escribirle… Tras revisar
varios expedientes de trabajo y de ver varias páginas más, entre en las páginas
porno para pajearme. Entre donde tengo uno de mis perfiles, de esos que enseñas
todo, y sabiendo que le podía ver allí, no porque tuviera perfil, sino porque
las fotos que encontré por mi muro, eran de allí, indagué más y... sí, vi una
promoción de unas escenas, donde salía él. Ya no tenía dudas de que era él. Pinche,
y le vi en plena acción. La verdad que lo hacía fatal, no soy objetivo, quizás
por la rabia que tenía en aquel momento, o porque realmente su papel siempre
había sido de pasivo. Aunque quería parar, ya no pude echar marcha atrás y
escribí algún comentario sobre la escena y más tarde llegue a poner su
verdadero nombre, para joderle más aún, como si ganara la batalla final de
nuestra relación, ya muerta, y sintiéndome vencedor. Esa seguridad, falsa, de
ganador, de propietario del mejor premio, me llevo a escribir más y más
comentarios, hablando de su real trabajo, diciendo su nombre verdadero, donde
lo podían encontrar. Sonreía como un verdadero hijo de puta, un cabrón sin escrúpulos,
que triunfa; es más, contra más escribía, más ganas de hacerle daño, más
disfrutaba y eso me llevo a entrar en ambos muros, y escribir una y otra vez
comentarios sobre él. Le mande mensajes privados, lo dejé en abierto por su
muro, le escribí correos, sin obtener respuesta. Y como no la obtenía, más daño
le hacía; se me fue de las manos, me sentía triunfador, solo quería que me
dijera cualquier cosa o que me bloqueara al fin por todas, porque ni él, ni yo,
nos habíamos bloqueado nunca. Bueno yo sí, pero le volvía admitir. Pero nunca
lo hice del todo, y él me decía que él no iba hacerlo… pero esa noche, medio
loco, medio oliendo la locura, saboreando una grata victoria, que luego me iba
a llevar a derrumbarme, a no dormir tranquilamente, a desvelo, pero el veneno
estaba dentro de mí, y aunque ya tumbado en la cama (no llegué a correrme) le
seguía escribiendo más y más. Entraba en los perfiles, en todos, y le escribía,
entraba en el correo y le volvía a decir cualquier estupidez que se me ocurría
en aquel momento. A penas dormí, pero entre triunfador e idiota, llegó la
mañana, que fue cuando obtuve su respuesta:
“sal de mi vida, nunca quisiste
estar en ella”
Solo sé, que no sé cómo va acabar
esta historia, no sé si habrás más fuego cruzado o si su bloqueo servirá para
algo, si habrá más guerras, más batallas, más heridos o si la muerte es
definitiva; pero lo que ya sé, es que nunca volveré a besar sus labios.
Lo prometido es deuda, leído está! Me esta gustando mucho, pero aunque sea ficción, no puedo dejar de preguntarme ¿Que habrá de real en el relato?, siempre en un relato se dejan trazas de unos mismo, y la verdad, DAS MIEDO!! Mejor tenerte como amigo, jejeje.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Franek
La pregunta no va mal encaminada, pero es obvio que no voy a decir nada más jejeje
EliminarYo creo que la mayoría somos mejores como amigos, como enemigos, pero siempre lo he dicho, soy muy cabroncete
Hasta ahí puedo decir jejeje
Un abrazo