Empieza el mes de Agosto, y la cuenta atrás está en marcha, para mi viaje inminente a Sídney. Unos 22 días más o menos me quedan para irme. Este año, no vamos a estar cuatro meses como los anteriores, ya que hay trabajo adelantado y no tengo que hacer tantas reuniones, ni presentaciones, como el año pasado. Me hubiera gustado quedarme ese tiempo, ya que mi pensamiento era quedarme el fin de año allí, pero, si no hay cambios previsto, estaré un mes o quizás dos, aunque si voy a contactar con nuevas marcas, nunca se sabe. Todo se irá viendo.
Esto evidentemente no me da asco, como bien dice el título de la entrada, pero era para introducir un poco lo que he comentado en Twitter, y porque no quería empezar a saco. Hoy, uno de agosto, he tenido bastante curro, bastante lió en la oficina, la mitad de la plantilla de vacaciones, muchas cosas que coordinar, y nada más irme a casa quería estar tranquilo, tumbarme y relajarme, pero no ha sido así. Nada más llegar a casa, estaba Lucia con su hermana y mi peque (ya pronto ocho meses) y querían ir al Corte Inglés de Vicálvaro. Primero me he dado una buena ducha relajante, hemos comido, y hemos ido en metro hacía allí. Lucia iba por trabajo, por unos carteles, y promociones (no se si os he contado, creo que si, ya hace tiempo, en una de mis entradas, que a Lucia le regalé una pequeña empresa de publicidad, más local, donde uno de sus trabajos, a parte de firmas que cuelgan sus posters en las marquesinas, pues hace cositas para el corte inglés, y la cosa le va muy bien; también me ayuda a mi).... pues eso, iba por trabajo y quería que le acompañara yo; no para negociar, sino que le parecía una de las ideas, y ya de paso, a comprar unas cortinas para su madre. No me he opuesto resistencia a ir, aunque sinceramente no me apetecía. Si acompañarla por el tema de su trabajo, no puedo decir más, sino pues comprar cortinas, mirar ropa, etcétera, no me apetece, y mucho menos allí. Pero bueno, como tampoco quería sentarme delante del ordenador, lo hubiera echo delante de al televisión, y hasta más tarde no iba a raparme, afeitarme y a recortar los pelos de la polla, y huevos, pues pensé, porque no ir...
Pues después de ponerme un pirata, mis chanclas, una camiseta "desigual", nos vamos todos para el metro. Menos mal que es agosto, y se nota que no hay mucha peña, porque no me apetecía oler más sobacos; porque no logro entender como a las 7.00 de la mañana hay peña que huele salvajemente mal; joder, puedo entender que después de trabajar, hayas sudado, y según que trabajo más, pero no logro entender que a las siete de la mañana se huela de aquella manera y tengas que soportar, a la vieja chiflada, o al pavo que escucha música sin cascos; no soporto eso. Y menos tener que oler a los demás... Pues bien, no había mucha gente, incluso Lucia se ha podido sentar. Yo llevaba el carrito de mi peque, que miraba con sus ojazos grandes a la gente, mientras llevaba uno de sus sonajeros en la mano. De vez en cuando se reía. Las señoras le miraba y les hacía tonterías.
Llegamos a la estación, y nada más pisar la estación de autobús, observo el movimiento que hay alrededor de los baños. Esos pajeros dispuestos a masturbarse delante de cualquiera; recordar que hablé de eso ya en la entrada de fnac. Pues aquí es doble o triple, y mucho peor. Los pajeros se huelen unos a otros y se alborotan cuando esta el guardia rondando. Se nota a tres leguas quien está allí verdaderamente esperando a alguien, o esperando que salga su autocar; o ambas cosas, paja y después viaje. Es así, y luego hablan de que el guardia los acosa o no sé que historias más; si no fueran a pajearse allí no serían acosados, eso os aseguro. No hace falta ser gran observador, pero es que la peña es muy descarada. Hasta la hermana de Lucia, comentó algo.
Salimos de allí y nos vamos para el corte inglés. Le doy zumito de naranja al peque; nos dirigimos a la oficina, mientras la hermana va a mirar cosas con su sobrino. La reunión va estupendamente, llegan a un acuerdo, todo ha salido según lo previsto (Lucia demuestra una vez más que mi presencia no ha echo falta). Salimos, encontramos a la hermana, y vamos hacer o van hacer la compra que tenían prevista. A mi peque le tengo que ir a cambiar el pañal, y así lo hago. Nos dirigimos hacía los lavabos, sin ganas de ir, pero era necesario; sin ganas de pisar porque se lo que me voy a encontrar, y la verdad no me apetece ver a un viejo, o no tan viejo, tocándose, o tocando al de al lado. Donde se cambian los bebes, que también sirven para los minusválidos, en la segunda planta esta ocupado. Supongo que lo estarán utilizando correctamente; ya me entendéis. Subimos a la tercera planta y también esta ocupado. Ya empieza a mosquearme eso. Intento abrir la puerta, pero se nota que no esta puesta con cerrojo, sino como alguien apoyandose. Toco la puerta, nadie me contesta. Abro, no está puesto el cerrojo, como preveía y me encuentro a un señor de unos 60 o 70 años, no es coña, no es exageración, con los pantalones bajados y un pavo de 30 o quizás algo menos, comiéndole la polla. ¿Por qué no me contestaron? ¿Por qué no cerraron con cerrojo? ¿Y por qué cojones están manteniendo sexo en un lugar público?
Espero que ahora nadie me diga, "deja ya de meterte con los viejos" "ellos tienen derecho" (no creo que nadie se atreva a decirme eso)... me da igual que sea de esa edad, o de un chaval de 18 años (o una pareja de hetero hubiera reaccionado igual). Eso que quede claro.
Espero que ahora nadie me diga, "deja ya de meterte con los viejos" "ellos tienen derecho" (no creo que nadie se atreva a decirme eso)... me da igual que sea de esa edad, o de un chaval de 18 años (o una pareja de hetero hubiera reaccionado igual). Eso que quede claro.
Mi hijo, evidentemente, y es obvio no sabe lo que está ocurriendo, pero yo sí. Les montó la marimorena, y la sorpresa es que el viejo se ofende y me insulta. No os creáis que se ha subido el pantalón, ni tan siquiera ha echo el amago, ni ha cerrado la puerta (al menos pudieron cerrar con cerrojo), sino que ofendido, refunfuña insultándome, como si yo tuviera la culpa de haberles pillado o vete tu a saber. Les montó la marimorena, y sin caer más en su juego y sin querer ver más aquel espectáculo (el chico joven salio zumbando de allí), les digo a unas mujeres que estaban esperando el ascensor, no sé si vieron algo, creo que sí, que hiciera el favor de avisar a unos de los guardias o a alguien; no quise ir yo, podría haberlo echo, pero si me iba yo el hijo puta, estoy en mi derecho de llamarle así, se hubiera ido. Sé que no servirá de nada, sé que no el van a decir o hacer nada, pero al menos en unos días por allí no aparecerá. El guardia tarda unos cinco minutos en venir, y yo al señor, con mi hijo, sin poder haberle cambiado todavía, en mi brazos, le digo que de allí no se mueva, que si le parecía bien lo que estaba haciendo; él estaba como asustado, y los insultos cesaron, pero tampoco se inmutaba demasiado. Difícil de explicar con palabras las expresiones de su cara. No quiero ni imaginar lo que estaba ocurriendo en los servicios de al lado o los servicios de la cafetería. Ya os dije, o eso creo, que en los servicios de la estación de la avenida América, he visto como un tío se la mamaba a otro, delante de los demás; éstos, al menos, aunque no es una justificación, no soy quien les va a justificar, estaban medio escondidos, lo que no entiendo es porque no cerraron con cerrojo, y menos aún, porque coño se tiene que hacer eso en un servicio público.
En definitiva, el guardia le pidió la documentación, se lo llevo y pude cambiar a mi hijo. Sé que mañana mismo, o quizás tarde unos días, volverá por allí, o peor aún irá a otro lavabo público a continuar con sus pajas o captura de algún joven que se la coma. Eso me da exactamente lo mismo, pero si mi hijo hubiera tenido dos o tres años y ve eso, os juro que le doy un puñetazo allí mismo. Que panda de sinvergüenzas y que asco me da que los homosexuales hagan eso en los servicios públicos. Creo que no tengo nada más que decir al respecto, porque con lo que he explicado, en está entrada y en otras, que mi postura ya sabéis cual es; no hace falta decir que vosotros estaréis de mi lado.
Pues nada más que añadir en esta entrada. Solo que tras cambiar a mi hijo y comprar lo que andaban buscando, nos fuimos a casa. Yo pude raparme, pude afeitarme y arreglarme mis partes intimas.
Un besotazo de mi marca registrada. Hasta la próxima.
No voy a comentar esta entrada en particular, en la que –como en muchas otras- no puedo dejar de verme reflejado y de compartir tus sentimientos al respecto.
ResponderEliminarComo te dije estoy leyendo el blog entero desde el principio y la verdad me ha sorprendido muy gratamente.
Ese estilo tuyo, ese batiburrillo de ideas –a ratos totalmente caótico-, ese saltar de un tema al otro y retomar el original, esas frescura y franqueza con que hablas… consiguen que olvides que eres un mero lector y te trasladan a una especie de conversación real. Es como si estuviéramos sentados ante un café y manteniendo una conversación totalmente real.
Ni que decir tiene que, y no voy ni por la mitad, has llegado a todos los pliegues de mi corteza emocional: he sentido ternura, he sentido pena, he reído a carcajadas, me han saltado algunas lagrimillas, me he emocionado, me he enfurecido, me he avergonzado, me he sonrojado… vaya que lo has sacado todo de mi.
¡¡Y si, provocador cabroncete, también mi entrepierna ha experimentado muy notables e irremediables alegrías en varias ocasiones, jejejeje!!!
Felicidades por esa sinceridad en estas líneas que ahora sé que son tu válvula de escape emocional. ¡¡Gracias, guapo!!!
ErosMacho
Entonces mi objetivo está cumplido.
EliminarGracias por leer mi blog, y por sentir todas esas emociones.