La orgía del próximo sábado sigue en pie.
Vamos a ser unos quince tíos y durara hasta el domingo, aunque eso ya dependerá
del aguante de cada uno. Hace tiempo que no voy a ninguna orgía. Falta de
tiempo, por trabajo y otros motivos, aunque sexo no me falta, me apetece un
montón ir a la orgía. La organiza Isidro, uno de mis mejores colegas del
barrio. Como yo es bisexual y no calza nada mal. Le conocí en un evento
publicitario que organicé en el Ateneo de Madrid, para una firma internacional.
Una pequeña fiesta de gala, para dar a conocer al producto y presentar el spot
en pantalla grande. Venía acompañado de una preciosa pelirroja. Tenía un buen
par de bufas, un culo perfecto y unos labios carnosos, pero para nada
exagerados. Estaba yo en la barra del bar, pidiendo la segunda copa, cuando se
me acerco para pedirme fuego; rebusque en el bolsillo interior y la dejé el
mechero. Su mano rozó con la mía y en ese instante supe que esa noche íbamos a
follar. La intuición no me falla. El rabo lo detecta.
La acompañé a la calle, así me aireaba yo
también antes del discurso. Empecemos una conversación agradable, cuando Isidro
salió pronunciando su nombre, casi enfadado: “llevo un cuarto de hora
buscándote”. Se encendió un cigarro, arqueando las cejas. Al darse cuenta que
Lola no estaba sola, y a la segunda calada, se calmó y se unió en nuestra
conversación. Me presentó; le apreté la mano con fuerzas, como suelo hacer. No
tardo en retirar la mano y dándome una palmada en la espalda me comentó que
estaba algo fuerte. Sonrió, y ahí supe que esa noche íbamos hacer gozar a la
pelirroja y que íbamos a tener nuestras pollas en sus manos.
Antes de entrar de nuevo al evento, me
preguntó por la firma que iba a presentar, que si iba a estar pronto en el
mercado. Le respondí que la próxima semana llegaban los primeros relojes, y que
le reservaba uno con mucho gusto; fue cuando me di cuenta que no sabía porque
estaban allí. Yo nunca les había visto, por lo tanto, mi agencia no les había
invitado. Me dijo que Claudio le había hablado del evento y que él era un gran
amante de los relojes, así que le pidió una invitación. Duda resuelta. Claudio
me suele buscar los locales y aunque no soy muy amigo de estos eventos, a
veces, la firma me exige que yo haga personalmente la presentación. La verdad
que suelo mandar algún empleado de mi agencia, pero esta vez, tenía que ir yo
en persona. No tenía más cojones y bueno, pensé, que de vez en cuando no está
mal y la verdad, que en este evento iba a ir bastantes amigos míos, del mundo
del negocio, así que, no me importó demasiado presentar la gala.
La noche transcurría como estaba previsto y
tras realizar la presentación del spot, de presentar los relojes exclusivos y
dar los regalos oportunos, comenzó el catering y el fin de fiesta. Me cogí una
copa de vino blanco y fui saludando a los invitados, hasta encontrarme de nuevo
con Isidro y Lola. Estaban charlando animosamente y una de las manos de Isidro
tocaba el culo de Lola. Me atreví, sin disimulos, a poner mi mano derecha,
encima de la mano de él, para luego pasar a la otra nalga. Acto seguido, me
puse en frente de los dos y les di de nuevo las buenas noches. No estaban
ruborizados, así que lo que había intuido iba a ocurrir esa misma noche. En el
momento que nos quedemos solos, me cogí la polla por encima del pantalón de
pinza, mostrando mi bulto a los dos. Ella pasó su lengua por sus labios, dio un
paso a delante y me acaricio el cipote. Siguió el camino hacia la barra del
fondo. Él hizo lo propio. Los dos habían notado mi gran pollon y ahora sabía
que sus ganas eran las mismas que las mías.
Tras la fiesta nos dirigimos al parquin donde
Isidro tenía su coche. Un Audi A5 de color azul. Lola y yo nos montemos en la
parte de atrás y sin decir nada, la cogí de los pechos mientras le comía la
boca. Le chupe el pezón, mientras ella agarraba mi paquete, ya duro y deseoso
de salir del pantalón. Me desabrocho el cinturón, y me sacó el rabo por la
cremallera y mis enormes huevos. Lamio la polla como si de un dulce se tratara,
acariciándome las pelotas. Isidro miraba a través del retrovisor y con tono
burlesco nos dijo que dejáramos algo para después; acto seguido, preguntó por
mi tamaño. Ella respondió que tenía un auténtico pollón y unas buenas pelotas.
Lleguemos al garaje de Isidro. Me bajo del coche e Isidro se agacha
directamente a mamar mi cipote. Lo saborea con ganas. Yo no paro quieto,
metiéndole mano a ella. Le meto dos dedos en su coño húmedo, mientras él me
estira los huevos. No para de comerme la polla. Él se saca la suya. No calza
nada mal. Coge las dos pollas con sus manos y empieza a menearlas. Meto mi
lengua en su boca, mientras el pajea los dos pollas. Necesita de las dos manos.
Lola está cachonda pérdida y al ver la escena, se agacha y nos come los nabos a
los dos. Oímos un coche y entre risas nos subimos los pantalones. Nos dirigimos
al ascensor. Nos besamos mutuamente, yo a ella, yo a él, él a ella y los tres a
la vez.
Entramos en su piso y mientras jugueteamos
nos desnudamos. Tengo el pollon a mil y los dos se agachan y empiezan a
comérmela. Susurran que nunca había visto un cipote como el mío y unas pelotas
tan grandes. Las estiraban, jugaban con ellas y se metían el rabo hasta donde
les llegaba. La verdad que la comía de lujo. Ahora se la come a Isidro, así que
empiezo a comerle el culo, a jugar con su jugoso coño. Estaba bien húmedo, y
mis dedos se introducción bien adentro. Me pongo el condón y le empiezo a
follar. Primero por el culo, y voy alternando con su coño jugoso. Voy poco a
poco, subiendo el ritmo, con tales embestidas que traga de golpe la polla de
nuestro compañero de juegos. Me pide que me corra en su pecho. Me corro en
ellos, e Isidro los lame. Con la boca me morrea y le tiro unos gapos en la boca
de ella. Estoy súper cerdo y quiero más. Le toca al turno a Isidro. Le está
penetrando bien, así que le meto el rabo en su boca, alternando con la boca de
ella. Me la están ensalivando bien. Le restriego mis cojones por su cara y
medio le asfixio. Isidro sigue bombeando y me pide, entre gemidos
entrecortados, que le coma su ojete. No estaba seguro que le gustara, pero y
tanto que le flipaba, porque al primer lengüetazo y metida de dedos en su
ojete, soltó un chorro de buena lefa. Le pringó la cara.
Pero la cosa no quedó ahí, porque tras
pringarle en la cara, jugar con la lefa, y seguir mamando rabo, jugar con sus
culos, y ese olor a sexo guarro, que invadía la habitación, seguimos follando. Los
dos estábamos tumbados en la cama, con los rabos bien duros, mientras ella se
había ido a lavar la cara, ya que le había entrado algo de lefa en los ojos y
la escocía. En la espera, mi mano iba jugando con su agujero. Le oía respirar,
jadear y eso me ponía mucho. Estaba cachondo como un perro, ambos lo estábamos
y quería darle bien por el culo. Me restregaba por sus nalgas y medio girado,
me besó y susurró: “fóllame” así que, le prepare bien el ojete, con lubricante
y mi saliva, metiendo mi lengua, un dedo, luego dos. Lola estaba ya en la
habitación, y sentada en una silla, se metía un consolador, que no sabía de
donde lo había sacado. Nos miraba jugueteando con su coño, mientras yo jugaba
con el ojete de Isidro. Ya estaba a punto para recibir mi pollón, así que, me
puse un condón y se la fui metiendo despacito. Le iba entrando, y a medida que
le penetraba, iba subiendo el ritmo, acariciando su cuerpo, dándole cachetes en
sus nalgas, sintiendo su lengua en mi boca. Mi polla entraba suavemente, hasta
que note que estaba bien preparado, no quise subir el ritmo. Le empecé a
embestir, a golpear mis huevos en sus nalgas. Ella seguía con el juguete,
estaba disfrutando de lo que estaba viendo. Le puse a cuatro patas, y ahora si
le estaba empotrando bien. Mi pollon entraba y salía como una bestia salvaje y
mis huevos se balanceaban golpeando sus nalgas. Le daba cachetes, le tiraba
gapos en su boca, y en mi nabo. El ritmo ya era desenfrenado, hasta dejarle
medio caos por mi tremenda follada. Me sacó el condón y le lefo toda su cara,
mientras él abrió la boca. Le meto el pollón de golpe y suelto otra descarga en
su boca. Escupe lefa, con saliva y es cuando Lola vuelve a intervenir. Isidro
se la clava en el coño y yo por el culo. Está gozando como una perra, con
nuestros dos nabos dentro. Se la clavamos a buen ritmo, y tras embestir durante
un buen rato, nos corremos en todo su cuerpo. No sé cuántas veces he descargado
ya, he perdido la cuenta, pero estoy satisfecho al igual que ellos. Así que
tras una buena ducha, un cigarro y una despedida dulce, bajo las escaleras. Al
salir a la calle me doy cuenta que ya es de día, así que me pongo las gafas de
sol y me dirijo a mi casa.
Con ellos dos he follado en más de una
ocasión, pero a la pelirroja la trasladaron una temporada a Estados Unidos y la
he visto en pocas ocasiones. Con Isidro he conectado de puta madre y he tenido
buen folleteo con él. Tanto a solas, como en orgías, tríos, con tíos, tías y
siempre ha llevado mi ritmo. Así que, cuando organizó una juerga sexual,
siempre le aviso y viceversa. Así que este sábado, nuestras pollas se verán una
vez más; ya he perdido la cuenta de las veces que nos hemos corrido en culos,
caras, coños… y a veces, simplemente me la ha pajeado y mamado. Siempre le ha
gustado mi pollón y nunca ha visto ninguno igual.; y si él quiere, este próximo
sábado, la tendrá dentro de él. No siempre me lo he follado, pero cuando me lo
ha pedido, le he dejado bien satisfecho. El ojete ya lo tiene acostumbrado, así
que no hay problemas, aunque siempre me gusta jugar con su agujero.
Ya estoy deseando que llegue este próximo
sábado, así que, casi cuento los días. Hoy terminaré las dos campañas que tengo
que presentar para Italia, y marchare a ver a mi ex novia para ver cómo va el
embarazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario