jueves, 20 de junio de 2013

MARICA MALA (SEGUNDA PARTE. FICCIÓN)

Tras aquel primer encontronazo, nada fortuito y muy meditado por parte de Jesús Galient, tardemos en cruzarnos un tiempo. O mejor dicho, tardo en encontrarme de nuevo. Y mira que no evite ir al pub; no teníamos intención de hacerlo, y menos por alguien que no se quien es; tampoco le bloqueé en Twitter, tampoco le seguía, así que me daba igual si alguna vez me mencionaba. Que hiciera lo que quisiera. Sabía que era un payaso, una marica mala, así que no me preocupaba. Yo me preocupo realmente de la gente que me importa, y él para mí era un cero a la izquierda. No le conocía, ni tenía intención de hacerlo, ya tuve bastante con aquel encuentro y con lo que vi en la red social, ya tuve suficiente información de como era esa persona. Lo que no entendía, es como tenía algunos seguidores, ya que sus tweets eran bastantes repelentes, arremetiendo con todo el mundo; incluso llego a inventarse cosas de gente que conocía bien, y tan solo les tuve que advertir, y vieran lo mismo que yo. No me gusta decir a la gente lo que tiene que hacer, ni menos decir, pero tan solo diciéndole que vieran sus tweets o guardando sus gilipolleces, para demostrarles que es lo que iba diciendo de ellos, me fue suficiente. No me gusta hablar sin pruebas, así que, así hice. Fue fácil, porque él mismo se delataba, y ya podía borrar lo que quisiera, que la prueba ya estaba en mis manos. Con cinco minutos de ver lo que escribía me era suficiente, así que la partida estaba ganada. Encima, el muy mierda, iba cogiendo enlaces de blogs, y se los pegaba como si los escribiera él. O enlaces de fotos de gente famosa o conocida y hacía montajes. Es patético, pero así es Jesús. Una autentica marica mala.

Ese verano yo no tenía vacaciones, el departamento estaba desbordado, y necesitaba que estuviéramos todos en verano, y ya nos cogeríamos las vacaciones más adelante; al principio me fastidio y mucho, ya que ese verano queríamos ir a Italia, pero por suerte, Santiago pudo cambiar sus vacaciones, para coincidir con las mías. Todo iba rodado, saliendo a la perfección. Mi relación con él iba de puta madre, en todos los sentidos. En la cama nos compenetramos a la perfección, y eso es todo un lujo; con anteriores parejas el sexo no funcionaba tan bien como cabe esperar, pero con él era diferente. Los dos somos de sangre caliente y cuando follamos, salen chispas de la cama, o de donde lo hagamos. No nos aburríamos, y lo hacíamos casi todos los días. Era perfecto. En el resto de ámbitos, nos iba genial, porque no solo de sexo se puede mantener una relación. Si que es importante, pero no lo es todo. Tenemos casi los mismos gustos, nos gusta estar tumbados en la cama y hablar, me hace reír y es comprensivo con mi trabajo. Él sabe, que tras cambiarme a la nueva oficina, no tenía mucho tiempo, pero lo entendía y la cosa nos iba bien. No tenía queja de él, y él de mí tampoco. Nos queremos y mucho. Nuestros amigos se llevaban bien y formé un buen grupo. No salimos mucho de fiesta, porque nos gusta estar en casa, pero de vez en cuando nos pegamos nuestras fiestas, y acabamos con un buen polvo. Y menudos polvos, si es que cada vez que me imagino estando con él, se me pone dura. Y anda que no besa bien, porque para mí, los besos son importantes; si un tío no besa, pues me corta mucho el rollo. Recuerdo cuando iba en flor en flor y pillaba algún tío, que no acababa de salir del armario y me giraba la cara cuando le iba a comer la boca; no lo soportaba. Entonces lo que hacía, era metérsela, porque eso si que les gustaba, pero darte un morreo no. Así que acababa corriéndome, y me iba para mi casa. Desde luego no le volvía a ver, porque no me interesaban. Últimamente hay muchos tíos así, que no besan, que solo quieren sentir el nabo en su culo y nada más. Pues esos tíos a mi no me interesaban, y ahora menos, que con mi Santiago lo tengo todo. Le amo. Y siempre he tenido claro que voy a ser fiel; si estoy con alguien, y hay sentimientos de verdad, no tengo la necesidad de irme con otro. Lo veo una tontería, porque si no estoy a gusto o realmente no siento nada, para que engañarle; para eso estoy soltero y follo con quien quiero. Lo veo una estupidez, eso de los cuernos. Y de verdad, siempre he sido fiel, y oportunidades no me faltaban, pero nunca lo hice. Y con mi chico estoy feliz, y mucho.

Pues bien,  un viernes por la noche, tras estar por la tarde en casa, y de haber follado con mi novio, nos llamo Andrés, para que fuéramos con él de fiesta; el resto de la pandilla, estaban ya de vacaciones, y pocos quedábamos en la ciudad. Le dijimos que sí, que a las doce estaríamos en la Plaza del Rey. Nos dimos una ducha, juntos, y tras comérnosla, otra vez y corrernos plácidamente, cenemos algo rápido y cogimos el metro. Lleguemos alrededor de las doce y cuarto. Andrés estaba algo ya impaciente, no le gustaba esperar; le pedimos disculpas, casi al unisono y nos dirigimos al pub. No había mucha gente, mejor pensé yo, ya que a veces se petaba y me agobiaba. Lleguemos a tiempo para pedir un dos por uno, y si no, le pedíamos las copas a Silvia, amiga nuestra, y novia de Vanessa. Esa noche a ella le tocaba turno y su chica estaba en el hospital haciendo guardia. Ellas llevaban siete años juntas y nunca había una pareja tan bien avenida. Eran las dos súper simpáticas. Yo las conocí en el pub, me las presentó una noche Alberto; todavía no estaba con Santiago, en plan serio, porque si habíamos follado alguna vez, pero no había amor entre nosotros dos. Desde el principio me cayó genial, y Silvia fue quien me presentó a su chica. Desde entonces, nos veíamos de vez en cuando, incluso vinieron alguna vez a mi pueblo. Mi madre las alojaba como si fueran sus propias hijas y mi padre se reía mucho con ellas. Al principio pensaron que eran hermanas, pero se lo contaron con total normalidad; mis padres, ya algo mayores, se lo tomaron bien, como eso, con normalidad y no se escandalizaron; en el pueblo las miraban algo raras, pero ellas les importaba un bledo; al igual que a mí, porque alguna vez si me habían gritado "maricón" y yo me agarraba el paquete y les hacía una peineta; o les decía cualquier cosa y como no me achantaba, me dejaron en paz. Más de uno, de los que me habían insultado, más tarde me comieron el cipote y tragado el semen y tenían el ojete bien abierto. No me extrañaba, porque muchos iban de machos y luego eran muy perras en la cama. Nunca entendí esa postura, de ir de gallitos, porque no se es mas hombre por hacer ver que eres heterosexual, menuda gilipollez. Tampoco se es mas hombre por ser solo activo; es que me he encontrado algunos activos, que se creen más hombres porque no le han metido nunca la polla, otra gilipollez como otra cualquiera de los clichés de los gays; cierto es que no me gustan o no me suelo fijar en la gente que es amanerado, no soporto la palabra "pluma", pero eso no significa que sean menos hombres o mejores que yo. Nunca lo he visto así, así que esa gente que critica a otro gay, por ser amanerado o no, no me suelen caer bien. Cierto es que al "galleto" le llamamos marica mala, pero es que él lo es. Se define él solo.

Pues bien, ese viernes, tras tomar la primera copa, bailar un par de canciones, de tocar el culo a mi chico, comerle bien la boca, de excitarnos, de bailar en mitad de la pista, me fui un segundo al lavabo; estaba meándome vivo y no aguantaba mas. Había un poco de cola, nunca mejor dicho, pocas pollas, pero las suficiente para tener que esperar un rato. Al final, pude mear. Me saque el rabo y observe, soy muy observador, como él de al lado, me la miraba. Sonreí, me la sacudí y me lave las manos. Siempre me lavo las manos tras mear, no soporto a los tíos que no lo hacen, y menos que luego te den la mano, como si nada. Asco, pero bueno, no todos los tíos lo hacen; así que, me las seque en el secador y él otro tío, tras pasar detrás mía, me toco el culo. Me giré y le dije que no lo volviera hacer; me sonrió, como si nada y se dirigió hacia la pista. No quise liarla, no suelo montar follón, pero me jodió que lo hiciera. Antes, quizás me hubiera girado y le hubiera comido la boca, o la hubiera liado parda. No soporto a los tíos que te tocan, sin más, o sin haber insinuado que lo hiciera. Pero esa noche, no, solo le dije eso. Al salir, me choqué con Pedro, que le hacía aún en Canarias; me dijo que los últimos días no había parado de llover, que paradoja, porque en Madrid hacía un calor de mil demonios y que pudo adelantar el vuelo. Pero que no había dicho nada, porque se había encerrado en su casa, con un nuevo ligue, y no habían parado de follar. Menudo hijo puta esta echo, un golfo con mucho cuidado, pero es un tío cojonudo. Me reí cuando hizo el movimiento, como si estuviera dando por culo, y me dirigí hacia mis amigos. A lo lejos, aunque había poca luz e intermitente, al ritmo de la música, pude ver a Jesús. Me dirigí rápidamente hacia Santiago y Andrés, y antes de que pudiera decirles que cuando viniera Pedro, nos íbamos echando leches de allí, ya era demasiado tarde. Jesús se acercó por detrás de mi novio, y le tapo los ojos. Le miré con mala gana, pero a él eso le daba igual. Con su puta voz, le dijo que si sabía quien era. Me chirrió en los oídos. Santiago se giró, porque no sabía de quien se trataba, y al verle, se giró sin decirle nada. Pero él se quedó allí hablando de lo que había echo, de su nuevo proyecto, que estaba creando una nueva estrategia para una marca, que nunca había oído, y que seguramente se había inventado, que si había conocido a un italiano, que le iba a introducir (la polla pensé yo) en Italia y no sé que rollos más; todo eso en cuestión de segundos. Miraba hacía la puerta del lavabo, por si veía salir a Pedro, pero no, él ya había salido y se estaba comiendo la boca con dos tíos; mientras Jesús, no paraba de hablar. Hasta que vio a no se quien y nos dijo con esa puta carcajada, hasta luego. Cogí la copa y la dejé en las barras laterales. Andrés me preguntó quien era ese personaje, nunca mejor dicho, y de que le conocía. Santiago le explicó, por encima, mi primer encontronazo con él. Mi amigo no utiliza redes sociales, no le gusta, así que no le advertí de nada, ya que a él no le iba afectar. Pero con lo que le expliquemos, ya tuvo más que suficiente, además, lo había vivido en sus propias carnes, su ralladura, su forma de hablar. Después, avisemos a Pedro de que nos íbamos ya. Jesús, iba hablando unos y otros, pero no con nadie en concreto. Es más, estoy casi seguro de que iba solo, aunque presumiera de amigos, creo que no los tenía. Iba en grupo en grupo, como si buscara aceptación. No quería oírle más aquella noche, así que cogimos y nos larguemos. Ya en la puerta, con un cigarro encendido, decidimos irnos para "Bepop" a tomarnos otra copa.

6 comentarios:

  1. Jeje se va poniendo interesante, espero que no nos dejes mucho tiempo con la intriga de nuevas entregas porque tiene pinta de ser larga e interesante la trama.
    Pero no te agobies, ehhhh

    Un abrazo,
    Franek

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    1. Hola, jeje, pues en serio lo digo cuando me "pongo nervioso y presionado" jejeje.
      No sé si sera larga o no, ya iré viendo jajajaja.... gracias chulo.
      Besos

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  2. ¡¡Joder, que cabronazo eres!! Ahora que se estaba poniendo interesante vas y lo cortas y me has dejado con ganas de más "Marica Mala", jejejejeje!!

    Ya sé que vas a hacer lo mismo que hago yo... o sea, escribir la siguiente parte cuando te salga de la punta del Asiertón, pero de verdad me he quedado con las miel en los labios.

    Me hizo mucha gracia lo de los besos que ya hablamos un día, nen. La verdad es que follarte a alguien sin unos buenos y sensuales besos puierde un poco de gracia, ains!!

    Felicidades y, cuando te parezca, sigue que me tienes enganchado, jejejejeje!!

    ErosMacho

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    1. Exacto, cuando me salga del rabo jajaja. Pues me alegro que te guste. Ya pensaré como seguir y lo difícil será acabar Jeje.

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  3. Tengo la suerte de tener 4 capítulos de golpe para ponerme al día :)
    Por fin he podido echarles un ojo. Me gusta mucho hasta el momento. Tienes tus grandes frases para excitar y las partes de impotencia al aparecer "la marica mala"

    Me gusta y sigo leyendo :)
    muá

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